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Un genial Messi pone en pie al Calderón y destapa las carencias del Atlético
El Barcelona deja encarrilada la eliminatoria con tres goles del astro argentino Los azulgranas ridiculizaron en varias ocasiones a la pobre defensa colchonera
Actualizado: GuardarLeo Messi puso en pie el Calderón con una exhibición coronada con tres goles, aparte de un disparo al travesaño tras una jugada para enmarcar, que colocan ya virtualmente al Barça en los cuartos de final de la Copa y despiden al pésimo Atlético de Madrid de la competición, aunque quede un partido de vuelta la próxima semana en el Camp Nou.
Rodeado de suplentes, el hat trick del crack argentino destrozó a un pésimo Atlético, rendido al recital de Messi y a la superioridad de un equipo que no renuncia a ningún título, aunque Guardiola reservase a varias de sus figuras y alinease en el Calderón un once con sólo tres titulares. Messi y los reservas azulgrana desquiciaron a un Atleti que no juega a nada y es un equipo vulgar y deprimente sin Agüero, que al final se cayó de la convocatoria por una faringitis.
En cualquier caso, el mejor futbolista del Atlético no iba a ser titular en uno de los que se suponía era una de las grandes citas de la temporada para los rojiblancos. Su baja por motivos médicos evitó una mayor polémica, aunque el resultado ante el Barça, el rendimiento de este triste equipo que no juega a nada, y el hecho de que siempre se muestre impotente frente a los grandes, vuelve a poner en la picota al cuestionado y poco ambicioso Javier Aguirre.
El Atlético ya se fue al descanso enrabietado por Messi y Dani Alves, pero no sólo por la genial combinación entre ambos, con tacón incluido del brasileño, que culminó con el primer gran gol del argentino, sino porque entre ambos rompieron como quisieron la banda de Pernía, al igual que el centro del campo del Barça destrozó al endeble y temeroso conjunto rojiblanco.
La superioridad del Barcelona, sin que los azulgrana hiciesen un primer tiempo excepcional, llegó a ser insultante, y los reservas de Guardiola se comportaron como si llevasen jugando siempre juntos. Al contrario que el Atlético, que, aparte de un arranque que algo prometía y se quedó en nada, sólo tuvo un pequeño atisbo de reacción tras el tanto visitante.
El resto fue mediocridad, y salvo un zapatazo de Maniche a la media hora que salvó Pinto, no hubo más que destacar de los rojiblancos. Sólo ceguera e incapacidad las pocas veces que quiso tomar el control del partido, y patadas, muchas patadas, sobre todo a Messi y Alves.
En demasiadas ocasiones el Barça dejó en ridículo a la defensa rojiblanca, aunque los azulgrana no tuvieron demasiadas ocasiones por sus imprecisiones.