Obama... a mover el esqueleto

Ya puede calzarse unos zapatos bien cómodos Barack Obama, porque les va a desgastar la suela la noche de su investidura como presidente de Estados Unidos. Además de jurar el cargo sobre la Biblia, leer un discurso y posar para los fotógrafos, Obama tendrá que mover el esqueleto. Está invitado a nada menos que diez bailes en una velada maratoniana no apta para tipos con juanetes.

El programa de celebración parece más bien una emboscada o una prueba digna de la más exigente academia militar, aunque quizá lo que pretendan quienes confeccionan su agenda sea prepararle para situaciones extremas. Como ésta. Porque Obama ejercerá de anfitrión en los bailes en honor de sus estados de origen, Hawai e Illinois, y los cinco que representan a cada región estadounidense: el Este, el Atlántico Medio, el Medio Oeste, el Sur y el Oeste. También será el protagonista del baile en homenaje a la juventud, al que asistirán jóvenes de entre 18 y 35 años; de la celebración de los vecindarios, un guiño a los vínculos comunitarios, y del baile del Comandante en Jefe, en el que participarán soldados en activo y en la reserva. Los bailes son una tradición de las investiduras presidenciales de EE UU y pondrán fin a cuatro días de celebraciones por la toma de posesión de Obama. Pero cualquiera no podrá unirse a los festejos sobre la pista, ya que las entradas se cotizan a 150 dólares. El de los jóvenes costará la mitad, no vayan a quedarse con los tickets en la mano.

Las actividades de celebración de investidura arrancarán con un viaje en tren desde Filadelfia a Washington, un recorrido similar al que hizo Abraham Lincoln, uno de los mandatarios en los que más se ha inspirado Obama.