Richardson rompe el sueño hispano
Primeras críticas a Obama por no saber con antelación que el FBI investigaba a su candidato a secretario de Comercio
Actualizado:La inesperada retirada de Bill Richardson como candidato a ocupar la Secretaría de Comercio supone la primera baja política importante en el Gabinete de Obama, además de ser el segundo gobernador demócrata objeto de una investigación federal por un supuesto caso de corrupción del estilo 'pay-to-play' (si me pagas me muevo). Aunque el proceder del hispano de Nuevo México -facilitar contratos estatales a una empresa californiana a cambio de dinero para sus campañas políticas- está lejos en alcance y pretensiones que las exhibidas por Rod Blagojevich, de Illinois, en el caso de la venta del asiento de Obama, la pregunta que se hacen todos es cómo el equipo de transición del presidente electo no detectó que su candidato para la cartera de Comercio era investigado por el FBI antes de su nominación el 3 de diciembre.
Las primeras donaciones de la empresa CDR, especializada en productos financieros y con sede en California, para las actividades políticas del gobernador de Nuevo México empezaron en 2003. Un año más tarde, la firma ganó un lucrativo contrato para ayudar a financiar un programa de transporte de 1.600 millones de dólares -1.150 millones de euros- a nivel estatal. Fruto de este buen comienzo, CDR mantuvo sus inyecciones de dinero en las campañas de Richardson hasta que en noviembre de 2006, el FBI y el Servicio de Recaudación de Impuestos nacional confiscaron la central de esta compañía como parte de una investigación que involucraba a funcionarios públicos en el estado Pensilvania.
Un análisis exhaustivo de los libros contables permitió descubrir otros tres casos, entre ellos el de Nuevo México, en los que CDR actuaba siempre de la misma manera: daba fondos a gobernantes locales a cambio de comisiones y oportunidades de inversión que beneficiaban a la empresa.
A finales de agosto pasado, días después de que la Convención Demócrata ratificara a Obama como candidato a la Casa Blanca, la Autoridad Financiera de Nuevo México emitió un informe en que aseguraba su disposición a «cooperar totalmente» con las agencias federales que investigan el caso. El asunto no transcendió a nivel nacional, pero ha sido publicado por diarios locales desde el verano.
Falta de sinceridad
Responsables del equipo de transición de Obama se lamentan ahora de que Richardson no fuera sincero sobre su situación cuando se le ofreció el puesto. Los asesores del gobernador, en cambio, afirman que sí habían facilitado información de la investigación. Las críticas empiezan a llover sobre los hombres del presidente electo por no haber seguido un procedimiento de investigación más riguroso en la selección de candidatos.
El antiguo secretario de Energía y embajador en la ONU durante el mandato de Bill Clinton era el político hispano mejor colocado en el futuro Gobierno Obama y no se adivina otro hispano de su experiencia y talla política que lo pueda sustituir. El gobernador mantiene haber actuado «correctamente en todos los asuntos» y que la investigación al final le exonerará. «Dada la gravedad de la situación económica, no tendría la conciencia tranquila si pidiera al presidente retrasar por un día el importante trabajo que tenemos por delante», aseguró Richardson en su informe.