Contraportada

Duelo y sospechas

El informe policial de la muerte del hijo enfermo de John Travolta despierta suspicacias sobre cómo era atendido el adolescente

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Empiezan a surgir especulaciones, algunas inevitables dada la fama del progenitor, sobre la muerte de Jett, el hijo mayor de John Travolta, en la residencia de descanso familiar en las Bahamas el pasado viernes. Se cuestionan detalles importantes del caso y, de paso, se examina con lupa cómo era de verdad la relación padre-hijo, muy alabada desde el círculo cercano de la familia y, sobre todo, por la prensa rosa norteamericana.

Sobre los detalles del fallecimiento del adolescente circulan ya versiones que cuestionan la rapidez con que fue hallado inconsciente en el baño de la vivienda. Varios medios recogen informaciones que contradicen la versión inicial sobre el hallazgo de su cuerpo. Según estas fuentes, a Jett no lo encontraron muerto poco después de que entrara en el baño de la casa, como se ha dicho, sino que el chico fue al servicio el jueves, 1 de enero, por la noche y no lo encontraron hasta el viernes a las 10 de la mañana.

Según el testimonio de Michael McDermott, abogado y amigo del actor, que se encontraba en la isla Gran Bahama junto con otras sesenta personas para participar en una fiesta con los Travolta ese fin de semana, la información no se ajusta a la verdad porque «la Policía en su informe ha dado una impresión errónea de que Jett no estaba siendo atendido correctamente». «John tenía los ojos rojos de llorar toda la noche. Él y su esposa Kelly lo tenían todo organizado para actuar en caso de que hubiera una emergencia con su hijo», continuó McDermott. Jett Travolta padecía la enfermedad de Kawasaki, una dolencia infantil poco común que provoca la inflamación de los vasos sanguíneos y que puede afectar al corazón y otros órganos.

Y estas especulaciones han disparado otras más graves, relacionadas sobre la calidad del cariño que Travolta sentía por Jett. Un repaso a las declaraciones del actor, y miles de imágenes que los muestran juntos incluso durante los rodajes, describen a un padre muy familiar y nada reacio a dejarse fotografiar aquí y allá con su hijo enfermo, consciente quizás de que una manera de imprimir normalidad a su vida era mostrarlo públicamente sin más reparos.

John y su esposa Kelly declararon a la revista People que «Jett es el hijo más maravilloso que dos padres pueden pedir. Estamos destrozados porque el tiempo que hemos pasado con él ha sido demasiado breve».

Los Travolta se casaron en 1991 y tienen otra hija de 7 años. Ambos son destacados miembros de la iglesia de la Cienciología, en cuya doctrina se han refugiado en los últimos años para afrontar mejor la enfermedad de su hijo. En una entrevista reciente, Kelly Preston afirmó que la salud de Jett había mejorado gracias a un programa de desintoxicación basado en creencias de esta secta.