Cobrando vida
La Varita Mágina es el proyecto Johnny y Candy, dos artesanos que a través del reciclado crean marionetas con gran dosis de imaginación
Actualizado:Un príncipe encantado, una bella durmiente, un dragón de cuya boca sale en lugar de una lengua de fuego un trapo color naranja. Forman parte de la gran factoría que ha nacido en casa de Johnny y Candy. «Son alrededor de 37 personajes distintos los que tenemos hechos. Algunos los repetimos y otros los tenemos un poco olvidados», comenta Johnny mientras coloca sus muñecos en su puesto del Rastro de la Alameda Vieja.
Pocos hogares han sido tan fructíferos, pues la de estos artesanos se ha convertido en una especie de Walt Disney donde los muñecos nacen y recobran vida. Se trata de las marionetas que fabrican con un poco de tela y goma-espuma. «Todo de forma artesanal y con materiales reciclados», prosigue Johnny.
Premiados en algunas ocasiones por su obra, solicitados por compañías de títeres y colocando con cierto esfuerzo sus productos en las estanterías de los comercios de ciudades como Sevilla, Madrid o Valladolid, estos jerezanos han sacado de su trabajo la ilusión de muchos niños y también de mayores. Sus muñecos están hechos con sencillez. Parecen recordarnos que en muchas ocasiones la creatividad supera a los medios.
Y que los adelantos tecnológicos no necesariamente deben de llevar el sello de éxito por el simple hecho de ser modernos, electrónicos o con un chip inteligente. Las marionetas de Johnny y de Candy tienen ese cierto tono de simplicidad encantadora que posee el suficiente efecto como para atraer la atención de un niño, por muy tecnológico que sea el mundo que le rodea.
Reales
Apenas han hecho muñecos de personajes reales. Lo suyo es dar rienda suelta a su propia imaginación, aunque Johnny nos comenta al respecto que «si recibimos un encargo para hacer un muñeco inspirado en un personaje real, también nos ponemos manos a la obra».
Ceramistas, cesteros, fabricantes de marionetas coloristas; en definitiva, personas con cierto talento. Su punto de encuentro, el Rastro de la Alameda. Siempre tendrán un regalo original, porque siempre es buen momento para fabricar una historia a nuestro antojo con una marioneta manejada por nuestras manos.