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EL RAYO VERDE

Rayos C en la puerta deTannhäusser

LALIA GONZÁLEZ SANTIAGO
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Por primera vez en la historia, en Estados Unidos internet ha desbancado a la prensa como medio de información. Los datos del reputado Informe Pew indican que el 40% de los estadounidenses se informa por la red, frente al 24% que lo hacía en septiembre de 2007, si bien también ha aumentado la audiencia de la Prensa, un tímido 1%en general pero un 5% entre los jóvenes, y aunque la televisión se mantiene como principal medio, está de capa caída, un 11% menos entre los chavales.

El mismo Centro de Investigación Pew anuncia grandes avances tecnológicos en los próximos años: la información llegará a los móviles en cualquier parte del mundo, en nuevos artilugios mezcla de móvil y portátil que están a punto de surgir, o que ya están aquí; las esferas real y virtual se habrán fundido en una sola (gps, cascos, visores), la relación con la tecnología será más vocal y táctil, de modo que, por ejemplo, podremos escribir en teclados virtuales desplegados en cualquier superficie, como si estuviéramos en una escena de Matrix, o escribiremos en el aire sobre proyecciones suspendidas, y quién sabe qué más artefactos nos sorprenderán y se incluirán en nuestras vidas. Todo sucede a una velocidad de vértigo. ¿Quién se acuerda ya del disquete y hasta del CD ? Muchos nos reíamos extrañados cuando nos hablaron de móviles con cámaras de fotos incorporadas. Ya los usamos con naturalidad y ahora también hacemos vídeos , los colgamos en la red y cualquiera puede verlos.

Pero este progreso tecnológico no tendrá una traducción práctica en la vida. Los mismos investigadores de Pew avisan de una «cara B»: el impacto de todos esos cambios en la vida social y económica de las personas será nulo o negativo. Es decir, aunque tengamos móviles avanzadísimos y acopiemos aparatos sofisticados, la media de progreso de que disfrutaremos los ciudadanos no crecerá. Ni seremos más tolerantes, ni más condescendientes con los demás, ni más responsables de nuestros propios actos, a pesar de que nuestra vida se verá más expuesta a los otros. Se habla incluso del inicio de una «época de humillación mutua asegurada». Por supuesto, seguirá siendo imposible controlar los derechos de autor. Ni la autoría de los post, ni los blogs ni las webs.

Además, se ha dado la voz de alerta sobre el crecimiento del «ciber crimen» y la proliferación de programas llamados «malware» que, camuflados de antivirus, crean «ordenadores zombis» , que acumulan números de tarjetas de crédito y claves de cuentas bancarias. «La seguridad de internet ha fallado y nadie sabe bien cómo restablecerla», dice el New York Times. «El software malévolo se propaga con más rapidez que nunca».

Parece que estamos ante un cambio sustancial de la civilización, que los límites del mundo se hacen difusos y lo real conocido se disgrega, que empieza un tiempo finisecular y nada volverá a ser igual. Es fácil sentirse como el replicante moribundo: «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser...».

El futuro está ya aquí, No es el que soñamos, pero no hay otro. Para lo bueno y para lo malo. Más vale saberlo.

lgonzalez@lavozdigital.es