De nuestros Pasos o andas
Actualizado:Dentro de los bienes patrimoniales que presentan nuestras cofradías cuando realizan su estación de penitencia, indudablemente, lo más destacado ha nuestra vista no cabe duda que son nuestros magníficos pasos, o andas como dicen los expertos en el tema. En este arte tan característico, y a la vez estancado en el siglo XVIII, que presentas nuestras cofradías, los pasos o andas procesionales de nuestras imágenes presentan el auge, tras las imágenes más contemporáneas, de esta escasa evolución artística, ya que en otros menesteres sí que se ha evolucionado.
No creo que se deba entrar a discutir este inmovilismo o cuáles son sus razones. Pero, sabríamos realmente cuando surgen estas andas o mecanismos para portar a nuestras imágenes, sabríamos donde surgen estas andas procesionales. Cualquier erudito de la Semana Santa evocaría a la Sevilla de los inicios del XIX para informar sobre la aparición de esa forma de portar a la imagen en cuestión, con grandes andas portada por hombres o sobre especies de carros.
Es algo indiscutible que la actual imagen de la Semana Santa emana de la ciudad hispalense en cuestión de estos términos, ya que según investigadores como Martín de la Torre fue el Vía Crucis de la Cruz del Campo, que se inicia en 1521 por creación de D. Fabrique Enrique de Figueras (Marqués de Tarifa), el origen de las procesiones por la ciudad sevillana. A pesar de esto, que es indiscutible, las primeras procesiones con pasos de envergadura que portaban imágenes sagradas (no una simple cruz) bien cargados o sobre ruedas se remontan a la vecina Italia renacentista. Habrá quien se remonte, con razón, a esas procesiones de la antigüedad de carácter fúnebre o triunfal, pero sería remontarnos en demasía.
Con esto no se niega que ya existiesen las procesiones en las ciudades andaluzas, como así lo atestiguan los fondos de los diferentes archivos de las hermandades como los locales o provinciales, lo que no poseían dichas procesiones eran andas o pasos de grandes características.
De esta forma se tiene constancia de la procesión de un crucificado bajo palio que procesionaba desde San Carlos Borroneo en la ciudad de Milán, o la más conocida por todos, la procesión de la hermandad del Resucitado en Roma, donde en 1592 procesionaba con estandartes, hermanos de luz, y la imagen de Cristo Resucitado.
Estas procesiones constaban, en cuanto a pasos se refiere, a una especie de túmulo en forma de máquina procesional sobre ruedas, como una especie de altar móvil. De las hermandades que procesionaban en Roma podemos destacar la hermandad de la Crucifixión de San Marcelo o la hermandad de San salvador que procesionaba desde Santa María Sopra Minerva hasta el Vaticano.
La cuestión de por qué en Roma surgen estas primeras andas viene dado por la gran tradición clásica de las llamadas procesiones triunfales que derivaron en las funerarias y sobretodo en las papales con la llegada del pensamiento humanista.
A pesar de todo lo comentado, no se puede discutir que fue en Sevilla donde evolucionan los pasos procesionales, tan espectacularmente, como nos ha llegado hasta nuestros días, donde se ha hemos avanzado en las representaciones de la pasión. Estilísticamente, el barroco y el Rococó, por norma general, han perdurado no solo en las andas o pasos procesionales, sino en todo lo relacionado con el patrimonio de las cofradías y hermandades andaluzas.