La princesa de sus Majestades
Desde su casa de la calle San José, Alba Lucero Romero espera impaciente la llegada de los Magos de Oriente. Hace más de un mes escribió una carta a Melchor, Gaspar y Baltasar donde les hacía llegar sus deseos: El barco pirata de Peter Pan, el traje de Cenicienta, un Nenuco Casi no le queda espacio en el papel para mandarle un beso a los Reyes Magos... «pero es que he sido muy buena», apuntilla.
Actualizado: GuardarDe todos modos, no sabe seguro qué llevarán los Magos en sus camellos para ella y es consciente de que debe ser paciente, «porque si los veo entrar en casa ellos se irán y no dejarán nada», confiesa la pequeña, que estudia en el colegio San Rafael.
Y es que después de un día 5 de enero intenso, donde acude hasta la Avenida a ver la cabalgata con sus padres, Francis y Marina, Alba llega destrozada a casa. Una ducha, la cena y hasta el día 6 de enero... «Muy temprano», matiza su padre.
Mientras Alba duerme, los Reyes Magos se acercan hasta el salón de su casa, dejan sus regalos e hinchan globos de colores que terminan adornando la habitación. Para después del esfuerzo, los Magos de Oriente son agasajados con dos copitas de anís y una de licor de menta, «que es el que le gusta a Baltasar». No sólo llegarán hasta su casa, sino que sus majestades pasarán también por casa de su abuela, donde la pequeña acude cada año a la hora de comer.
Los nervios apenas dejan dormir a Alba estos días, aunque el insomnio no es sólo cosa de la noche del 5 de enero, sino que hace semanas que está así. De momento, el cuarto de la pequeña es el mejor exponente del paso de los Magos: repleto de sus juguetes preferidos. Alba abraza a sus princesas Disney, a las que adora; también le encanta ver sus películas sentada en el sofá con sus padres. Como ve que los Reyes atienden todos sus deseos, ha incorporado este año una posdata en la que ha pedido que no se olviden de sus padres, que sigan juntos, «no como otros papás», y que el próximo año «mamá pueda tener en la barriguita un hermanito».