Mensaje, Internet y debate Antonio Sanz Gaspar Zarrías Cinta Castillo
Año nuevo, página nueva. El Gobierno andaluz estrena una web en Internet donde expone sus compromisos para esta legislatura con el propósito de que los ciudadanos fiscalicen por si mismos cuántos cumplen y cuántos no. Una medida acorde con la nueva era internet a la que sólo habría que objetar lo que ya algunos internautas reclaman. La web admite sugerencias por correo electrónico, pero no cuenta con un foro abierto donde la ciudadanía pueda expresar su opinión o debatir entre ellos sobre las promesas electorales de Chaves y que todos lo vean. Sería, entonces sí, una web de verdad transparente, aunque se corra el peligro de que los de la oposición disfrazados de anónimos corderitos llenen el foro de insultos. Si algo caracteriza a Internet es su capacidad para la participación y el debate. Lo demás ya estaba inventado antes, se llama tablón de anuncios.
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DISCURSO DE FIN DE AÑO
Chaves pide disculpas
Extraña la ausencia del foro cuando con esta web el Gobierno de Chaves trata de aparecer con nuevos modos que acerquen el político al ciudadano, algo acertado, sin duda, y necesario para que los políticos recuperen la credibilidad de la calle. En su mensaje de fin de año, por ejemplo, Chaves sorprendió con una pequeña autocrítica personal. En el resumen de un año en el que volvió a ganar las elecciones, el presidente entonó el mea culpa en nombre de la clase política por no haber visto venir la crisis económica y reclamó a todos, políticos y agentes sociales, que arrimen el hombro responsable para que Andalucía salga lo menos tocada posible. «A veces la clase política no da respuestas inmediatas a los problemas de los ciudadanos», admitió. A continuación pidió disculpas por la parte que le toca, pero no aclaró lo que todos se preguntan. ¿Por qué la clase política no vio venir la gran crisis? Un reproche dirigido a los que gobiernan y a los de la oposición. Ahora se sabe que todos estaban en la luna cuando justo ahora hace un año prometían en sus campañas electorales la panacea para España y Andalucía. Chaves, sin ir más lejos, predijo el pleno empleo para final de legislatura. En esto no caben excusas como con las predicciones del tiempo, cuando un aguacero imprevisible estropea el 'cielo despejado en toda la Península'. La actual crisis parece algo más gordo que una borrasca imprevista. Debió verse venir. No consuela mucho el pido disculpas, aunque se admita como gesto de humildad. Eso humaniza al político, pero no nos salva del paro. Como tampoco las palabras de aliento con las que Chaves llenó su discurso, como que lo vamos a conseguir, somos los mejores, estamos mejor que nunca y etcétera. Fue un discurso lleno de buenas intenciones, más de Nochebuena que de fin de año, parecido al de un entrenador de fútbol arengando a un equipo que va perdiendo por goleada. Así lo vio la oposición, Valderas y Arenas, que reprocharon al presidente falta de concreción y pasar de puntillas sobre los problemas. Chaves está convencido de que saldremos «más pronto que tarde» de la crisis. Ojalá, pero admita el presidente que ante su confesa falta de clarividencia (y la de los otros políticos también) tengamos derecho a la duda.
FUSIONES Y SEDES
Málaga versus Sevilla
Por no concretar, Chaves ni siquiera mencionó su última propuesta del año, la de la fusión de Unicaja y Cajasol para constituir la gran caja andaluza. No quería, quizás, echar más leña al fuego, porque la propuesta ha revuelto de nuevo las turbias aguas de la rivalidad provincial. Claro que en esta polémica de si la sede de la futura Caja de Andalucía deberá estar en Sevilla o en Málaga el peor trago se lo ha llevado Javier Arenas. Las direcciones provinciales de su partido en ambas provincias han reclamado las sedes para sus respectivas capitales. Era un enfrentamiento esperado en el PSOE, pero no en el PP. En esta ocasión Pizarro ha sabido aleccionar a los socialistas para que no vuelvan a montar la marimorena localista como ocurrió a comienzos de esta década cuando se planteó las fusiones de las cajas andaluzas. Recuerden el boicot del entonces todopoderoso José Caballos a la operación en la que Unicaja saldría fortalecida. Ahora se plantea la cosa entre dos más o menos iguales, pero Unicaja sigue siendo más potente, aunque no lo vea así el PP sevillano. Arenas ha querido cortar la polémica de raíz mandando a Antonio Sanz a decir que el PP no apoyará la fusión y que por lo tanto no habrá sede que reñir. La rotunda negativa del líder del PP tiene un riesgo. En Málaga se puede ver como un intento de su partido de favorecer a la entidad sevillana, lo cual, lejos de atajar el fuego de la rivalidad provincial, lo azuzaría aún más. Los rumores de que podría ser candidato a la Alcaldía de Sevilla también minan su credibilidad en este asunto. Decir, como afirma, que se niega a la fusión porque es una operación política manejada por Chaves resulta paradójico cuando es de sobra conocida la pugna entre Gallardón y Aguirre por controlar Caja Madrid. Las cajas de ahorros son públicas y en sus consejos de administración mandan los representantes políticos. Tampoco es creíble, como propone Griñán, una sede en Málaga y otra en Sevilla. Entre tanta polémica tonta unos y otros van a estropear lo que debería ser un proyecto bueno para Andalucía, una gran caja al estilo de La Caixa o Caja Madrid. Un ejemplo: La Caixa ha pedido a la Junta la cesión de las Atarazanas de Sevilla (siglo XIII), uno de los edificios históricos más emblemáticos de Andalucía, para ubicar en él un Caixa Forum al estilo del de Madrid. ¿Podría acometer alguna de las seis cajas andaluzas un proyecto cultural de tal calibre? Subvenciones al flamenco, el cine, exposiciones o cabalgatas de reyes sí, pero un Caixa Forum, pues no. Ahí radica la diferencia.