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Descubiertos dos arsenales de armas en Mallorca y Zamora
La Policía desmantela una red dedicada a la venta ilegal de fusiles de asalto, bazokas y lanzallamas
Actualizado: GuardarBazokas, lanzagranadas, ametralladoras, lanzallamas, más de 350 armas de todo tipo... La Policía Nacional ha desmantelado una red de tráfico de armas y venta clandestina de material militar que escondía en Palma de Mallorca y Zamora dos arsenales suficientes para abastecer a un pequeño ejército.
Los máximos responsables de la trama eran el dueño de una tienda de efectos militares de la capital balear y un maestro armero que se encargaba de mantener las armas en perfecto estado y hacerlas operativas en caso de que hubiesen sido inutilizadas para su venta a coleccionistas.
Ambos han sido detenidos en los últimos días por los funcionarios del Grupo de Atracos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y de las brigadas de Policía Judicial de Palma de Mallorca y Zamora. En la operación, además, han sido arrestadas otras dos personas en la isla y una quinta en Zamora, cliente habitual de la armería mallorquina y coleccionista de armas legales e ilegales. Todos ellos están acusados de tráfico y depósito de armas.
El recuento final de los arsenales ha dejado boquiabiertos a los agentes. En Palma los agentes se incautaron de 25 pistolas, 14 subfusiles, once carabinas, 15 revólveres, cuatro escopetas, tres ametralladoras, dos rifles, 350 kilos de munición de todo tipo de calibres y marcas y 35 kilos de pólvora.
El depósito encontrado en Zamora es aún más impresionante, ya que incluye armas de guerra. En el registro de esta ciudad castellano-leonesa se encontraron 145 armas largas, 45 cortas, siete lanzagranadas militares, diez morteros, un lanzallamas, 40 cañones, un bazoka, tres bastones armados con estoques camuflados, un lanzabengalas y un lanzacabos para abordajes navales.
La inmensa mayoría de las armas, que han sido sometidas a peritajes por parte de la Policía científica, se encontraba en perfecto estado, a pesar de que muchas de ellas habían sido inutilizadas en el pasado para poder ser vendidas a coleccionistas militares.
La operación que ha concluido con la caída de esta red comenzó en mayo cuando se detuvo a un individuo que portaba un arma ilegal, que había sido adquirida en la tienda de efectos militares de Palma de Mallorca. El dueño de este negocio, que fue detenido entonces, quedó en libertad. Tras el hallazgo del arsenal en su tienda, declaró ante el juez y, de nuevo, ha quedado libre.
Los integrantes del grupo usaban medidas de seguridad para evitar ser descubiertos por las fuerzas de seguridad. En particular, en todas sus conversaciones telefónicas usaban un argot propio para evitar ser descubiertos. Así, hablaban de cocos o cocodrilos para referirse a los agentes policiales; de piñas para hablar de granadas de mano; tubos en lugar de cañones para rifles, fusiles o pistolas, o fontaneros para indicar armeros especializados en manipular las armas y dejarlas listas para su uso.