Israel se enroca en su puño de hierro
La aviación judía mata a un líder de Hamás y a seis miembros de su familia en un ataque selectivo
Actualizado: GuardarLa 'operación plomo sólido', lanzada por Israel hace siete días, pareció ayer estar tan cerca de derivar hacia el empeoramiento con el inicio de una incursión terrestre, como de entrar en la vía de unas hipotéticas conversaciones de tregua.
A la vez que la aviación judía mataba en Gaza a Nizan Rayan, un destacado dirigente de Hamás, y a seis miembros de su familia, y el Ejército movilizaba a 2.500 nuevos reservistas hacia el campo de batalla, se conocía que el Gobierno judío ha trasladado a «Estados Unidos y varios organismos internacionales» sus «condiciones» para estudiar un posible alto el fuego. Entre ellas, el diario 'Haaretz', de Tel Aviv, atribuía al primer ministro en funciones, Ehud Olmert, la exigencia inédita de que se establezca un «mecanismo internacional» que se encargue de supervisar y asegurar que Hamás realmente cumple los términos de cualquier acuerdo, que -según Tel Aviv- incluiría el fin total del lanzamiento de cohetes y del rearme de Hamás a cambio de detener su ofensiva y abrir las fronteras de la franja, siempre bajo la tutela de la ANP de Mahmud Abbas.
«Israel no puede aceptar que la única parte responsable de cumplir y regular un alto el fuego sea Hamás, eso ya lo hemos probado y no resultó viable», explicaba una fuente diplomática hebrea con relación a la necesidad de ese «cuerpo internacional llamado a reforzar un futuro acuerdo», sobre el que no han trascendido más detalles. Hasta ahora, los sucesivos gobiernos judíos siempre han rechazado la posibilidad de vigilancias externas en su suelo o en los territorios palestinos, amén de la misión de observación de la UE en la frontera entre Gaza y Egipto, a la que Israel apenas ha dejado trabajar. Aunque Tel Aviv rechazó el 31 de diciembre una propuesta de tregua formulada por Francia, el propio Olmert admitía ayer que «si las condiciones maduran y ofrecen una solución que mejore la seguridad en el sur del país, consideraríamos el asunto, aunque, -advertía-, aún no estamos ahí».
Sus declaraciones coincidían con un comunicado de Hamás firmado por el portavoz Fawzi Barhum, en el que, por primera vez, la organización se mostraba favorable a estudiar un acuerdo «a condición de que cese la agresión, se levante el bloqueo y se nos den garantías internacionales de que el ocupante no volverá a comenzar esta guerra terrorista».
Al mismo tiempo, el primer ministro 'de facto' del Gobierno integrista, Ismail Hanniya, prometía a los palestinos que la paz prevalecerá en lugar de la actual violencia, en un discurso televisado realizado desde un lugar desconocido. «Lo que está ocurriendo en Gaza no es una ofensiva normal, como aparece en algunos medios. Es inmoral y sin principios», afirmaba. «Viola todos los valores religiosos, es un genocidio contra los palestinos en Gaza porque se utilizan todo tipo de armas de tierra, aéreas y navales», añadió el dirigente radical.
Pero en medio de la ofensiva diplomática, Israel seguía a lo suyo y se cobraba ayer la pieza más valiosa en seis días de bombardeos con el asesinato de Rayan y su familia. Rayan era conocido por ser el más furioso partidario dentro de la organización de Hamás de reanudar los atentados suicidas contra el enemigo, como aquel al que envió a su propio hijo en 2002.