Eslovaquia se suma al euro en el décimo aniversario de su creación

Eslovaquia, el más pobre de los dos estados surgidos en 1993 de la ruptura amistosa de Checoslovaquia, se convirtió en el decimosexto país que adopta el euro a medianoche del miércoles, cuando el continente celebraba la llegada del nuevo año. La entrada del país eslavo en la divisa europea coincide con el décimo aniversario de la moneda única, que comenzó a cotizar el 1 de enero de 1999. Recibido con vacilación e incluso desconfianza por banqueros e inversores, el euro ha cobrado gran vigor desde entonces y se ha revalorizado un 22% respecto al dólar y un 38% ante la libra esterlina británica.

En el centro de Bratislava, la capital eslovaca, cien mil personas dieron la bienvenida a su nueva moneda con un castillo de fuegos artificiales con los colores europeos. Esta pequeña república de 5,3 millones de habitantes, que ingresó en la UE en 2004, es el segundo estado del extinto bloque comunista en unirse a la eurozona, después de que Eslovenia -uno de los siete países surgidos de la destrucción de Yugoslavia- lo hiciera hace ahora un año.

Empieza para 5,3 millones de eslovacos la etapa de la calculadora, ya experimentada en otros quince estados, que durará hasta que olviden su vieja moneda y aprendan pensar en euros. La corona eslovaca, en vigor desde su independencia en 1993, convivirá en la calle con la divisa comunitaria sólo 15 días, y será retirada de la circulación el 16 de enero. El tipo de cambio entre ambas quedó fijado en julio pasado en 30,126 coronas por euro.

Incertidumbre

En este momento de crisis e incertidumbre económica, el Gobierno del primer ministro Robert Fico espera que el ingreso en el euro ponga a Eslovaquia algo más a resguardo de las turbulencias futuras, y le permita mantener su ritmo de desarrollo. Desde el hundimiento del comunismo, la brecha entre el nivel de vida de los eslovacos y los europeos occidentales se ha reducido, pero queda mucho por mejorar. El PIB eslovaco por habitante alcanzó en 2007 el 68,5% de la media europea, según datos de Eurostat. El ciudadano de a pie, al principio desconfiado ante la adopción de la moneda única, es ahora más receptivo, y el 58% está a favor. No obstante, dos de cada tres eslovacos temen también que el euro traiga nuevas dificultades, en forma de aumento desmedido de los precios.

Alegría doble

La alegría de fin de año fue doble, pues la adhesión eslovaca coincidió con la celebración del décimo aniversario del nacimiento de la divisa europea. Lo presentaron en los parqués el 1 de enero de 1999 como contrapeso al todopoderoso dólar once países de la UE, entre los que se encontraba España. Faltaban aún tres años para que los europeos comenzaran a utilizarlo en sus intercambios habituales.

El día de su alumbramiento, cada euro valía 1,16 dólares y 0,70 libras esterlinas. Tras una época inicial de altibajos -en 2000 su valor había caído a 0,8228 dólares- la moneda única no ha dejado de mostrar su vigor ante sus principales competidoras. En el verano de 2008 alcanzó su cotización récord frente al billete verde, al cambiarse por 1,6038 dólares, aunque al cierre del año había decrecido hasta situarse en 1,40 dólares, con una depreciación acumulada en torno al 2,5% en los últimos doce meses. En ese nivel se mantuvo también este jueves, en el arranque de 2009.

El año que acaba de concluir será también recordado como el de la escalada de la divisa europea ante la británica. A comienzos de 2008 un euro valía 0,73 libras esterlinas, pero el pasado 28 de diciembre se cambiaba ya a 0,94 libras, llevado en volandas por la 'agresividad' del Banco de Inglaterra a la hora de bajar los tipos de interés en comparación con el Banco Central Europeo (BCE). La práctica paridad entre ambas monedas -un fantasma para la economía británica y una verdadera cuestión de orgullo para el euro- aún no ha sido posible. El 1 de enero de 2009, el euro cotizó por encima de las 0,95 libras.

Para celebrar el décimo aniversario del euro, los gobiernos de los dieciséis países del área -Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal- pondrán en circulación 84 millones de monedas de 2 euros conmemorativas, con un motivo común que simboliza un hombre de la prehistoria. El diseño de esa moneda especial fue elegido en una votación ciudadana a través de Internet organizada por la Comisión Europea.