Otro año más
Si durante este año 2008, que hoy concluye, has sido capaz de elevar tu espíritu releyendo un cuento de Borges, escuchando a Mahler o con la contemplación de un cuadro de Velázquez, una iglesia románica o una película de John Ford -con la fortuna de poder elegir entre tantísimas posibilidades de semejante riqueza-, no te ha ido mal del todo. Si has tenido la oportunidad de tomar la mano de un viejo querido para que se sintiera menos solo y más digno al emprender el último viaje, y si has podido enseñar a un niño algo que en el futuro le ayude a convertirse en un hombre decente, no te ha ido mal del todo. Si has percibido en el fondo de esos hermosos ojos que te miran el reflejo de los tuyos y la luz del amor profundo, y si has conservado a unos pocos amigos que se jugarían el alma por salvarte de cualquier clase de diablo, incluido tú mismo, no te ha ido mal del todo. Si mirando de frente, en vez de a tus pies, has distinguido en qué lado del río está la razón, la justicia y la piedad, y desde la posición que sea has dominado el miedo y has hecho lo que has podido para que pierdan los malos, no te ha ido mal del todo.
Actualizado: GuardarSi has sabido disfrutar de una conversación inteligente y de una bronca civilizada, de un beso de pasión y de otro de ternura, del sol y de la lluvia en la misma playa, del cosmopolitismo de una gran ciudad y del universo completo de un desierto, no te ha ido mal del todo. Si te ha sido posible mantener alejados de ti a tontos con poder y sin poder, pesados, zafios, impostores, canallas sin conciencia y cucarachas carentes de escrúpulos, no te ha ido mal del todo.
Si has conservado la ilusión por la vida y el conocimiento, miras el futuro con la justa cantidad de desencanto y desánimo, y aún con esperanza de progreso, no te ha ido mal del todo. Quizá, eso te dé coraje para recorrer este 2009, que viene cargado de brumas. Claro que si durante 2008 ya te han dejado sin trabajo y sin resuello, un banco se ha zampado tu casa y no ves salida, entonces sí te ha ido mal del todo, esas calamidades han anegado lo demás de la vida y esta columna, que no habrás leído, te habría parecido una gratuita estupidez.