Temor en el comercio por el aumento de robos en el centro
Bares y tiendas de ropa, objetivos prioritarios de los cacos
Actualizado:Los comerciantes del centro urbano de Chiclana tienen miedo de que los robos protagonizados por menores de edad se conviertan en una tónica constante, como ha puesto de manifiesto la detención hace unos días de una banda de seis jóvenes, compuesta incluso por un chico de 15 años cuya madre le obligaba a robar, según confesó éste tras su detención.
El objetivo de estos hurtos, robos con intimidación o sustracciones al descuido es siempre el mismo: apoderarse de prendas de ropa cara, de artículos de valor de pequeño tamaño y fáciles de esconder o conseguir dinero. «En nuestro caso, quien nos robó sabía lo que iba a encontrar aquí». Son palabras de Ignacio Reinoso, encargado del establecimiento K-Os en la calle Iro de Chiclana, una de las zona donde se han producido recientemente algunos robos.
Este comercio, dedicado a la venta de ropa de marcas juveniles, recuerda que «hace sólo seis meses nos robaron, y aunque la Guardia Civil detuvo a quienes lo hicieron, sólo recuperamos parte del género, no el dinero», afirma.
Algo similar ha ocurrido en otros comercios del entorno y de otras zonas como Fuente Amarga o calles Vega y Plaza. Los comerciantes se quejan de la «falta de seguridad en las calles», pese a que la Policía Local reforzó hace unos meses su presencia en horario de cierre de comercios.
«Por aquí sólo se ven los policías por las mañanas paseando», denuncia Noelia Romero, encargada de una de las dos tiendas Benito Martín de la zona. Su preocupación está más que justificada. Aunque oficialmente no se quiere hablar de oleada de robos, lo cierto es que en los últimos tres meses se han producido más de una veintena de asaltos en diferentes comercios.
La mayoría, como los protagonizados por la banda detenida en los últimos días por la Guardia Civil, han tenido como objetivo bares, supermercados o establecimientos comerciales.
Los comerciantes incluso toman medidas de seguridad improvisadas, «como cerrar a horas parecidas o prestar atención a extraños que merodean por el establecimiento durante el día».