ÉXITO. Nolasco saltó a la fama con 'Como te de la gana'. / F. JIMÉNEZ
NOLASCO CANTANTE

«Ahora se les enseña a los artistas a vestirse antes que a interpretar»

En 2006 Nolasco saltó desde el Viso del Alcor (Sevilla) a las discotecas y ferias de toda España con su primer trabajo, Como te de la gana. El «pelotazo» ha dado paso a un nuevo trabajo, 12 canciones y un final por escribir, un disco en el que el cantante cuenta con la colaboración de Alba Molina y Antonio el Lebrijano, entre otros artistas. Consciente de las dificultades que atraviesa el mundo de la música, incluida la «competencia desleal» de los «cantantes formados en tres meses», el cantautor aspira tan sólo a vivir humildemente de ella y a ganarse a su público con los directos. Por si aún no saben quién es: www.nolasco.es

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-No ha parado de ofrecer conciertos y ya ha editado su segundo álbum. Hábleme de él.

-Hemos tardado en presentar el nuevo disco porque afortunadamente hemos tenido mucho trabajo. Creo que hemos hecho un disco bastante bueno, mejor que el anterior. Es un álbum extenso, 13 temas con los más diversos colores. Hay una canción en directo, tango, balada y rumba. Las composiciones están más maduras y el estilo también. No hay ni un sólo tema de relleno. Hemos antepuesto lo artístico a lo comercial, que es lo que tiene que primar.

-Y con respecto a las letras, ¿se nota la evolución?

-Sí. Hablo de los tiempos que corren y de cómo me encajo yo en mi generación, del momento actual de la música y de lo que significa para mi componer. Hay otro tema que versa sobre la verdad relativa y absoluta, y también los hay que hablan, cómo no, del amor y el desamor. El primer disco era más fresco y yo estaba más verde, pero este es más reivindicativo, hay que ser consecuente con lo que uno está pensando y sintiendo, quejarte de lo que no te gusta y subrayar lo que amas.

-Hay una canción titulada el arte en venta, menuda paradoja ¿no?

-Significa que ni mis letras ni mi arte están en venta. Otra cosa es que tengamos que estar en las estanterías y en el circuito. El artista no es un producto, ahora mismo es lo que abunda, nada más que hay que escuchar la radio y la televisión para comprobarlo.

-Entonces, ¿para qué valen los programas y las academias musicales?

-Valen para llenar los bolsillos de cierta gente. Ni eso es el arte ni un artista se forma así, en tres meses y con club de fan. Por fuerza hay que sacar de donde no lo hay. La televisión es un instrumento muy poderoso y a través de ella se está dando un concepto erróneo del arte. Todo el mundo no puede ser artista.

-¿Y cuándo se siente usted artista?

-Mi lucha es ganarme a la gente directo tras directo. He disfrutado muchísimo al comprobar la sorpresa del público tras un concierto. Me dicen que la calidad del disco se multiplica en vivo.

-Pero su estilo de música es muy común por Andalucía, ¿cuál es su ventaja competitiva con respecto a otros cantantes?

-A mí me gusta toda la música y sé cuales son mis cualidades que están en la forma de interpretar. Me gusta saltarme el guión y no parecerme a nadie. En un tema me pongo poeta, callejero, romántico o protestón. Una persona que canta bien no es artista, hay que buscar la autenticidad de la personalidad, algo especial que lo caracterice. Yo lo que intento es distanciarme cada vez más. Sin embargo, a los artistas le enseñan ahora antes a vestirse que a cantar e interpretar.

-¿Usted cree que ya ha triunfado?

-Yo tengo claro que lo que yo hago no es de pelotazo, sino de evolucionar y mantenerme. Si es verdad que el éxito me ha cogido con 30 años, y no con 18 y sé lo que quiero en la vida. Estoy templado. Si llega el momento en el que la música deja de hacerme feliz la dejaré.

-Pero sigue siendo un chico de su pueblo y su gente.

-Por supuesto. Además me siento profeta en mi tierra. Es el sitio donde más he actuado antes y después de triunfar. Me siento muy a gusto. Desde que salté a la música están poniendo mi nombre a los chiquillos y quieren parecerse a mí. Estoy muy orgulloso de todos.