La incógnita del Pájaro
La llegada del tranvía al casco urbano provocará cambios importantes en el comercio y en el tráfico de la localidad
Actualizado: GuardarTras el paréntesis del Gobierno municipal cuatripartito de Ernesto Marín, que se oponía frontalmente al paso de los convoyes del tranvía por el centro urbano de Chiclana, Junta y Ayuntamiento parecen decididos a que las obras del tranvía comiencen durante el año próximo.
El visto bueno hace una semana del Consejo Económico y Social al trazado (el original presentado en 2005 por Obras Públicas), hará que los trámites administrativos sean la única barrera a salvar para hacer realidad una inversión superior a los 45 millones de euros «destinada a modernizar el sistema de transportes de viajeros».
Pero a dos, o tres, años vista de que el tranvía pueda realizar esa función como hace desde hace décadas en otras localidades europeas, ni comerciantes, ni hosteleros ni vecinos en general parecen confiar mucho en su éxito.
De hecho, a los comerciantes y residentes de la calle Mendizábal (nudo de El Pájaro), que es el punto más conflictivo de todo el trazado de poco más de 3 kilómetros que tendrá el tranvía en el interior del casco chiclanero, con sólo hablarles del tranvía se les cambia la cara.
Ellos serán quienes sufran en primera persona unas obras que eliminarán el tráfico de coches por un punto por el que transitan a diario casi 12.000 vehículos al día según las estimaciones del PP, y que pondrán patas arriba la arteria principal de Plaza Andalucía y calle Ancha.
Sin embargo, nadie ha defendido públicamente una postura contraria clara al trazado, salvo el propio Partido Popular. De la mano del ex alcalde, Ernesto Marín, los populares han pedido la celebración de un Pleno extraordinario para que se debata sobre el impacto en el tráfico rodado que tendrá la llegada del tranvía. Incluso van más allá, y defienden una propuesta cuando menos singular. Marín cree que la mejor forma de comprobar el daño que se haría a la circulación en Mendizábal y Alameda Solano es cortar las vías por donde discurrirán los convoyes, tal y como si estuvieran funcionando ya.
Comerciantes
De momento esta medida no cuenta con consenso, aunque sí ha hecho que el Ayuntamiento se plantee la realización de una campaña de difusión de las cualidades y características del transporte tranviario para convencer de sus bondades a la ciudadanía, que aún tiene un nivel ínfimo de conocimiento del proyecto.
Además de esta publicidad institucional el Consistorio apuesta por reactivar otras actuaciones en materia de tráfico, como la construcción de la circunvalación Ronda Oeste, que deberá absorber los coches que restará el tranvía.
En ese sentido los agentes económicos de la ciudad coinciden; el presidente en funciones de la Asociación de Comerciantes, Fernando Sotomayor, es el que más se moja; a su juicio, la llegada del tranvía «producirá cambios importantes a los que deberemos adaptarnos», aunque muestra su respaldo al proyecto. Los empresarios ven la oportunidad que genera esta inversión, pero se muestran cautos ante los problemas que pueda traer consigo y las pérdidas que causarán las obras.