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MENSAJE. El presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, insiste en el carácter personal de la celebración. / LA VOZ
Sociedad

La Iglesia aspira a congregar mañana a un millón de personas en la Misa de las Familias

Rouco insiste en el carácter pastoral y no político de la concelebración que presidirá junto a 35 obispos El Arzobispado justifica la ausencia de algunos prelados

MIGUEL LORENCI
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Congregar al menos un millón de personas. Ese es el objetivo de los organizadores de La Misa de las Familias que este domingo concelebrarán en Madrid 35 obispos presididos por el cardenal arzobispo de la capital y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela. El Arzobispado de Madrid se ha esforzado en «despolitizar» esta misa que bajo el lema de La familia , gracia de Dios se celebrará en la plaza de Colón en la festividad de la Sagrada Familia. El cardenal Rouco, convocante del encuentro a instancias de diversas organizaciones eclesiales, ha asegurado que el acto litúrgico no tendrá tintes políticos «ni en un porcentaje mínimo». El Arzobispado ha restado además importancia a las ausencias de algunos significados prelados de una celebración cuyo momento álgido será el mensaje papal trasmitido desde el Vaticano por Benedicto XVI. Entre los ausentes, los cardenales Amigo, Barrio, Blázquez, García Aracil y Martínez Sistach.

En contra de lo que ocurriera el año pasado, cuando las palabras de los cardenales de Valencia, Toledo y Madrid y del líder del movimiento neocatecumenal, Kiko Argüello, se interpretaron como un llamamiento a la desobediencia civil, los organizadores no quieren que la política marque el encuentro litúrgico del domingo. En los días previos, el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, atribuyó la polémica de hace un año en torno a las declaraciones de algunos prelados a que sus palabras fueron «sacadas de contexto». «El planteamiento es tan pastoral como el año pasado». recalcó este obispo, para quien las críticas del Gobierno al episcopado en 2007 fueron «injustas y desproporcionadas».

César Franco también restó importancia a la previsible ausencia de algunos obispos vascos, catalanes o gallegos, ausencias que justificó por las dificultades para desplazarse en Navidad y las obligaciones a las que estos prelados han de atender en sus diócesis. Como en 2007, se remitió una carta a todos los obispos para que «se sintieran invitados y tuvieran la libertad de venir o no» según las explicaciones de monseñor Franco. «Madrid no pretende acaparar estas celebraciones y quiere que esta fiesta se haga cada vez más ordinaria, no sólo aquí, sino que se establezca en todas las diócesis con mucho más fuerza», propone. Fueron 42 los arzobispos y obispos que participaron en el acto de 2007, en el que junto a Rouco comparecieron e intervinieron los cardenales Cañizares, García Gasco o Sistach. Entre los que han confirmado su presencia en la misa del domingo, el arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, y sus tres auxiliares Esteban Escuder, Enrique Benebent y Salvador Jiménez; el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, recién nombrado Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos; el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez; el de Oviedo Carlos Osoros; el obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Plà, y el auxiliar de Bilbao, Mario Iceta.

Austeridad

Se insiste en el carácter estrictamente pastoral y litúrgico de una celebración en la que el único mensaje será la homilía. No habrá pues discursos, más allá del mensaje del Papa. La celebración arrancará a mediodía con una conexión en directo con El Vaticano para el rezo del Ángelus. Tras las preces de Benedicto XVI llegará el mensaje Papal a las familias de todo el mundo, con una atención especial a las congregadas en la plaza de Colón. Desde primera hora de la mañana se sucederán los ensayos de cantos navideños y villancicos. Tras el mensaje del Papa, movimientos y asociaciones apostólicas harán sus ofrendas.