Existencialismo
Hay que ver los ranking... La cesta de la compra, el umbral de la pobreza, peor calidad de empleo... Igual por eso el 25 me paré a pensar (una gilipollez, pero estaba to cerrao) en la relación que guardamos con el mundo. La referencia más cercana era de horas atrás, cuando después de la cena empezamos con «Fuera las penas...» (y con los cubatas). Al na se habían ido, lo más parecido a cuando era indocumentao, qué pechá (más que los peces en el río), hasta a mi cuñá le dio el punto, «¿Y la burra que va a Belén por qué toca el timbre de una bici?», nos quedamos... Menos mal que el marío tuvo la respuesta existencialista que se merecía, «Yo me hipotecaba, yo me hipotequé, me eché una hipoteca y me la quité...» Está claro que lo último es mentira, pero le guardaba el ritmo a la burra. La pista de las lenguas trabadas puso fin al festejo con un clásico, Paco Alba, fuera de lugar, pero a fin de cuentas las fiestas se empujan unas a otras... Hace tres días que nació el Niño Dios y de aquí a na ya estamos llevándolo al monte Calvario...
Actualizado:«La Semana Santa sí que es bonita (me contaba mi cuñao en un cigarrito balconero), a mí me gustaría que cuando la espiche me saquen to los años en procesión». Sería garrafón, pero no dejaba de ser un bastinazo. Este tío se irá de un infarto, y no lo veo al compás de la Amargura tendío arriba un paso por la calle Novena (Por qué fumabaaaaaaa, ¿aaayyy...!). Garrafón (anda que yo), seguro, «A mí cuando me vaya me gustaría estar con él en alguna cruz, silbando como los Monty Python en Brian».
Caviló, pero poco, «Po como esté por allí alguno del barrio termináis cantando El barquito...» Es verdad, tú, y además, fijo que nuestras cruces son las más chungas... Mira, que me tiene preocupao lo del ranking. De todas formas convinimos en no hacerle un feo al Doce, «Nos morimos después, ¿no?» (existencialismo puro, quillo).