![](/cadiz/prensa/noticias/200812/26/fotos/029D4CA-MUN-P1_1.jpg)
Israel declara la guerra en Gaza
El Gabinete de Seguridad autoriza una operación masiva después de que Hamás lanzara en Nochebuena ochenta cohetes contra territorio judío
Actualizado: GuardarEn Gaza, la población ya se prepara para lo peor. Las gentes han empezado a hacer largas colas desde la madrugada a las puertas de las tiendas, casi vacías de existencias por el bloqueo, para tratar de comprar algo de comida, medicinas o combustible para aguantar el frío. Al otro lado de la frontera, en las poblaciones israelíes que están dentro del alcance de los cohetes artesanales que disparan los combatientes palestinos, los sistemas de alerta temprana del Ejército también están conectados. Y un despliegue de unidades de emergencia médica, rescate, bomberos y decenas de ambulancias del Magen David Adom, el servicio nacional de asistencia, permanece listo para actuar en cualquier momento.
Soplan vientos de guerra otra vez en la Franja mediterránea y al término de la jornada de ayer la decisión de Israel de ejecutar una operación militar de envergadura en Gaza parecía irreversible. «No aceptaremos esta situación, quien dañe a los ciudadanos y los soldados lo pagará muy caro», eran ayer las palabras amenazantes del ministro de Defensa judío, Ehud Barak, que ha pasado de ser el adalid de la moderación y la contención, a ordenar al Ejército que se prepare para un asalto a gran escala en el territorio palestino. Y las unidades de combate, aéreas y de infantería, ya están acuarteladas.
El punto de inflexión en la postura de Barak lo constituía en Nochebuena e el disparo desde Gaza de ochenta cohetes y bombas de mortero a suelo israelí, que si bien no causaron ningún desperfecto, suponían la mayor lluvia de proyectiles palestinos registrada desde que, cinco días atrás, los islamistas pusieran fin a la tregua de seis meses con Israel.
Hamás asume la autoría
Por primera vez en mucho tiempo, Hamás asumía la autoría de todos los lanzamientos, y lo hacía reivindicando su «derecho legítimo a vengarse de las agresiones» de Israel, en referencia a la muerte en pocas horas de cinco de los suyos: dos habían fallecido de madrugada al estallarles unos explosivos antes de tiempo, otros dos fueron abatidos cuando se aproximaban a la valla norte de la Franja, y el quinto era aniquilado por la aviación hebrea en una operación contra baterías de cohetes. «Ya estamos en una guerra -proclamaba al diario Yedioth Ahronot el portavoz de Hamás Fawzi Barhoum-. No tenemos nada que temer, un millón y medio de personas sitiadas sufren la ocupación. Gaza es una prisión e Israel no puede esperar que paremos hasta que levanten el bloqueo y acaben con sus ataques». Respondiendo a la avalancha de cohete Qassam, el Gabinete de Seguridad israelí reunido de urgencia el miércoles autorizaba el ataque masivo que, hace semanas, reclaman singularmente el derechista Likud y muchas voces en el gobernante partido Kadima.
En un intento in extremis de mediación, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, reclamaba ayer control a las partes durante una reunión en El Cairo con la ministra de Exteriores hebrea, Tzipi Livni. Un encuentro de logros limitados, porque la jefa de la diplomacia israelí, partidaria de la «mano dura» contra los islamistas fue clara: «Hamás tiene que entender que el deseo de Israel de vivir en paz no significa que vayamos a aceptar que sigan los disparos contra su población. Es suficiente -advirtió-. La situación cambiará». En tanto, en una entrevista en el canal Al-Arabiya, el primer ministro, Ehud Olmert, hacía un llamamiento de «último minuto» a los civiles palestinos para que se pongan en contra de Hamás. «Nos están atacando, y también la estación eléctrica que abastece a Gaza... párenles. No dudaré en usar todo el poder de Israel para golpear a Hamás y la Yihad Islámica», subrayó.
De acuerdo con altos oficiales militares, no está previsto reocupar Gaza, sino presionar violentamente a Hamás para que se vea obligado a detener el disparo de cohetes, primero mediante ataques aéreos 'quirúrgicos' contra objetivos seleccionados, y luego con una operación terrestre. En Gaza, el portavoz Barhoum advertía: «Entrar en la Franja no va a ser un picnic... que se lo piensen mil veces, no tienen fuerza, que recuerden que tuvieron que huir del Líbano».