Los casos más dramáticos
Dentro de la gravedad hay casos especialmente dramáticos. Si en la provincia están mal las cosas, fuera de sus fronteras también se dan casos delicados. Así, Linares, Granada, Marbella, Granada 74 y Roquetas se encuentran en la cuerda floja y su futuro inmediato resulta bastante incierto.
Actualizado: GuardarUn histórico como el Granada se encuentra en muchos apuros. Los jugadores aún no han cobrado las nóminas de octubre, noviembre y diciembre, y la de septiembre no la percibieron íntegramente. Además, el pasado martes por la noche, la directiva al completo, encabezada por Francisco Sanz, presentó la dimisión ante la imposibilidad de hacer frente a lo que se avecina. La deuda del club por la gestión de campañas anteriores asciende a 10 millones de euros y la falta de ingresos por patrocinio ha provocado que sea inviable hacer frente a un presupuesto desorbitado, que ronda los 3 millones de euros. Ya se ha hecho efectiva la primera salida, la de Zúñiga al Melilla, y se teme que en próximas fechas pueda producirse una desbandada general de futbolistas.
En el otro club de la ciudad están también con el agua al cuello. Carlos Marsá ha reconocido que no tiene liquidez para poder hacer frente a los pagos y hace ya tiempo que manifestó su intención de vender el club. Además, ha comunicado a los jugadores que no pondrá obstáculo alguno y dará las bajas que se soliciten. La plantilla lleva tres meses sin cobrar.
En Linares no se sabe lo que ocurrirá a la vuelta de vacaciones. El club estuvo a punto de desaparecer en verano. La marcha de Delfín Cañas y las deudas pendientes de la anterior gestión del empresario riojano hacían inviable su supervivencia. Entonces, un grupo de empresarios de la ciudad, personificados en la figura de Julio Peralta, Rafael Brazales y Carlos Rentero, dieron un paso al frente para evitar el desastre, pero los problemas con Cañas aún no se han solucionado. De hecho, la plantilla sigue sin cobrar y todo parece indicar que a la vuelta de vacaciones serán varios los jugadores que decidan pedir la baja, como es el caso de Aridani. El ayuntamiento, con la colaboración del empresario sevillano González de Caldas, está trabajando para salvar la situación y ha conseguido un patrocinio por el cual las arcas del club van a ingresar 50.000 euros.
En Marbella también llevan tres meses sin cobrar. La plantilla vive una situación dramática y denuncia la pasividad de la corporación municipal a la hora de tratar este asunto. El caso es que el club costasoleño tiene firmado un convenio desde los tiempos de Gil por el cual el Ayuntamiento era el principal valedor del equipo. A pesar de que existe un reconocimiento de deuda, las arcas municipales también están en bancarrota y, aunque ha sonado el interés de diversos grupos inversores, no parece que la situación vaya a mejorar, al menos, a corto plazo.
En Roquetas no ha saltado la voz de alarma, pero la situación es igualmente dramática. La plantilla lleva cuatro meses sin cobrar, algo que también pasó el curso pasado. El club, presidido por José Juan Rubí -concejal de Deportes de la localidad- se ha sostenido siempre con dinero de empresas de la construcción -Jarquil y Esbamar son las principales-, y ahora el negocio no es nada rentable. Al menos, el equipo almeriense no tiene sueldos muy elevados y la cantidad que se adeuda es (tal y como está el percal), bastante más llevadera.