ESPAÑA

Los presidentes del PSOE abren más frentes a Zapatero en la financiación «Negociar con el PP»

Pérez Touriño reclama que el nuevo sistema atienda el bilingüismo y Fernández Vara pide que tenga en cuenta la dispersión de la población

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La ronda de entrevistas abierta por José Luis Rodríguez Zapatero para intentar un acuerdo político sobre financiación antes de fin de año no será un camino de rosas. El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, aprovechó ayer sus dos horas de turno en La Moncloa para hacer una petición de última hora: que se tenga en cuenta el coste adicional que supone para las autonomías con lengua propia la defensa del bilingüismo. Según dijo, el jefe del Ejecutivo juzgó la propuesta «razonable», pero no prometió nada.

La misma respuesta obtuvieron los presidentes de Extremadura y Asturias, Guillermo Fernández Vara y Vicente Álvarez Areces, a sus demandas para que en el cálculo de las partidas que reciba cada comunidad autónoma se introduzcan factores de corrección. El extremeño fue claro. Si a Galicia y a Cataluña se les compensa por los gastos de tener dos lenguas, a su comunidad se le tendrá que considerar por su hecho singular: la baja densidad de población y su alta dispersión. Areces fue menos beligerante.

La idea de Touriño introduce un nuevo factor de discusión justo cuando el Gobierno daba casi por hecho que antes del 31 de diciembre podría sellar un principio de acuerdo. En Moncloa nunca han querido quedarse colgados de esa fecha, sobre todo después de las tensiones políticas que acarreó en Cataluña el incumplimiento de la anterior, el 9 de agosto fijado en el Estatut. Sin embargo, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, consideró «factible» que el pacto de bases esté listo en fin de año. Luego, habrá que hablar de dinero.

El problema es que el mensaje de que ya está todo hecho, lanzado antes de que las comunidades con menos recursos pudieran salir a la palestra a escenificar sus propios logros, levantó ampollas. Touriño, inmerso en la precampaña electoral para las gallegas del 1 de marzo, repitió más de tres veces durante su comparecencia ante los medios que no hay nada «cerrado» y vendió como logro y reivindicación propia el que, al criterio de población, que tanto entusiasmó el lunes a Esperanza Aguirre, se sumen otros como el de dispersión y envejecimiento, que encarecen la prestación de los servicios básicos: educación, sanidad y servicios sociales.

En esta demanda sí que coinciden los presidentes autonómicos del PSOE que ayer visitaron La Moncloa. Los tres se mostraron relativamente satisfechos con sus entrevistas, aunque ninguno fue tan entusiasta como la presidenta popular de la comunidad de Madrid el lunes. Si Esperanza Aguirre dio a entender que firmaría mañana mismo las propuestas de Zapatero, Touriño, Fernández Vara y Álvarez Areces advirtieron que no darán una respuesta hasta ver el documento final.

Está por decidir en qué medida los criterios a los que hicieron referencia pesarán en el reparto -en el actual modelo, la población pesa un 75%, el envejecimiento el 24,5% y el 1% la insularidad- y hasta que no quede concretado, según advirtió el presidente extremeño, no darán una respuesta definitiva. Touriño también subrayó que aún no se puede vender la piel del oso y, al concluir su rueda de prensa, se despachó con un simbólico «continuará». El PP reclama a José Luis Rodríguez Zapatero que negocie la reforma del modelo con la dirección del partido opositor en vez de con las comunidades autónomas. María Dolores Cospedal, secretaria general de la formación opositora, reclamó al presidente del Gobierno «un ejercicio de honestidad, responsabilidad y sinceridad» para que en las negociaciones «no se limite a decirle a todos lo que quieran oír ni trate de engañar a cada uno de los presidentes».

El entusiasmo mostrado el lunes por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, motivó que la dirección del PP se afanase ayer en rebajar su optimismo.