EN ROJO. Carlos Ocaña presentó ayer los datos económicos. / EFE
Economia

La crisis económica llevará este año el déficit público al menos al 3% del PIB

El déficit público no bajará del 3% del Producto Interior Bruto este año y es probable, incluso, que supere esta proporción. El secretario de Estado de Presupuestos y Gasto, Carlos Ocaña, reiteró esta previsión al presentar ayer las cuentas de los once primeros meses del ejercicio, una comparecencia en la que también admitió que el Estado, aisladamente, alcanzará ese mismo porcentaje. El superávit de la Seguridad Social tendrá que compensar los números rojos de las Administraciones Territoriales, que se han comprometido a limitar su déficit al 1% del PIB, un objetivo ya en entredicho porque se han adelantado datos de Autonomías y Corporaciones Locales con importantes agujeros. Las cuentas van a cuadrar con dificultad.

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La ejecución del Presupuesto del Estado en los meses de enero a noviembre muestra el impacto de la fuerte desaceleración económica. Al desplome de los ingresos tributarios derivados de los peores resultados empresariales o el frenazo del consumo se añade el efecto de las medidas del Gobierno para inyectar recursos a empresas y familias. Resultado de todo ello, el Estado alcanzó a 30 de noviembre un déficit que asciende a 14.060 millones de euros, equivalente al 1,28% del PIB.

Los números rojos por los desembolsos efectivamente realizados se sitúan en 11.038 millones. Y la necesidad de endeudamiento se disparó a 36.203 millones de euros, aunque quedó limitada a 17.163 millones una vez descontados los depósitos en el Banco de España. Estas cifras proporcionan una idea clara del deterioro de la situación: un año antes, el Estado tenía una capacidad de financiación de 7.786 millones.

La crisis pasa factura, sobre todo, a los ingresos. Los 175.015 millones de euros obtenidos en los once primeros meses del año representan un 11,5% menos que lo recaudado en el mismo periodo del año anterior y, en los procedentes de impuestos, la caída se sitúa en el 12,6%. Ocaña aseguró que, sin la inyección de fondos decidida por el Gobierno para estímulo de empresas y familias, los ingresos habrían caído el 2,9% por la debilidad de la demanda. Sus cálculos elevaron a 19.550 millones de euros los «impulsos fiscales» o recursos aportados vía adelanto en el ritmo de las devoluciones, el aplazamiento en los pagos o los cambios normativos.

En números redondos, la recaudación por IRPF bajó de enero a noviembre un 2% interanual, porque el efecto del cheque fiscal de los 400 euros se vio compensado por un fuerte incremento del 20,7% en las retenciones de capital. El principal impacto de la recesión se deja notar en el Impuesto de Sociedades, donde los ingresos caen el 36%. Es, sobre todo, la consecuencia de los peores resultados empresariales de tres sectores, la construcción, la promoción inmobiliaria y el financiero, especialmente tocados por la crisis económica.

Deterioro del gasto

El retroceso de los ingresos por el Impuesto sobre el Valor Añadido en un 13,7% responde, según explicó Ocaña, al deterioro del gasto, pero también a los cambios normativos como el nuevo régimen de consolidación, o el incremento de los adelantos en las devoluciones y el aumento de los aplazamientos en los pagos. Mucho menos significativa es la caída de la recaudación de los impuestos especiales en un 0,6%, que el secretario de Estado de Presupuestos atribuyó exclusivamente a la atonía del consumo.