Poca suerte, mucha salud y un trabajo

La suerte ha vuelto a pasar de largo de Jerez y del resto de la provincia. Ni un quinto premio, ni un tercero ni un segundo y mucho menos, El Gordo. Así, que ha vuelto a nuestros labios la consabida frase: «Por lo menos tenemos salud». Este año, además, los que aún no han visto mermados sus ingresos con la crisis han añadido: «Y un trabajo».

La pedrea ha dejado algunos eurillos repartidos entre asociaciones, bares y peñas jerezanas y xerecistas que han paliado la inversión -más bien el gasto- hecha en décimos de Lotería de Navidad que se han convertido, finalmente, en papel mojado.

La solución es no tener demasiadas esperanzas antes del sorteo porque, si toca, la alegría será aún mayor y, si no toca, nos nos hundiremos en la desgracia. Para los jerezanos, las hipotecas y las letras del coche siguen rascando euros de la nómina y nos conformaremos con ir a Valdelagrana en vez de al Caribe. Tampoco está tan mal, que en el Caribe hay mosquitos como aviones y el ron da más resaca que el fino de La Fría.

Los de Soria son los que se han llevado el gato al agua y este año pasarán menos frío, sobre todo, en espíritu. En estos casos en que la suerte nos saca la lengua y nos hace una pedorreta, hay que entregarse a la sabiduría popular y desear aquello de «madrecita, que me quede como estoy», pensar que «el dinero no trae más que problemas» o que «no hace la felicidad», como siempre dicen las abuelas.

Vivir es una lotería constante y ésta es la menos importante de todas: cada día hay operaciones vitales en los hospitales, hay partos complicados, accidentes de tráfico y maltratos a mujeres. Ahí es donde ponemos todos nuestros números en el bombo.

vmontero@lavozdigital.es