Lo que faltaba

Que en una comunidad autónoma como el País Vasco, donde la libertad de expresión de una gran parte de su población se encuentra coartada si difiere de la línea oficial imperante o de la que marcan grupos radicales, único rincón de la Europa comunitaria en la que ello todavía sucede, los sindicatos se dediquen a coaccionar ahora a los comerciantes para evitar la apertura de sus negocios en días festivos, derecho que la ley les concede y la autoridad debería garantizar, tiene miga. En mi opinión, los sindicalistas que así proceden se están colocando al mismo nivel que los chicos de la kale borroka, mientras sus dirigentes callan, luego otorgan.

Enrique Álvarez Martínez. Madrid.