Hamas declara a Israel una 'tregua fantasma' de 24 horas
Los fundamentalistas palestinos buscan aprovechar la parálisis política judía
Actualizado: GuardarHamás toma ventaja, y mucha, en la parálisis política interna que arrastra Israel. Conscientes de que la inminencia de las elecciones limita la capacidad del Estado judío de adoptar decisiones cruciales como un ataque masivo a Gaza, los islamistas daban ayer un caprichoso giro a la situación anunciando una tregua de veinticuatro horas, presuntamente solicitada por Egipto para intentar una nueva mediación entre las partes, y dirigida también a permitir la entrada en Gaza de «ochenta camiones con comida y combustible».
Aunque el supuesto alto el fuego había dado comienzo la medianoche del domingo, su vigencia no fue dada a conocer hasta primera hora de la tarde de ayer. Para entonces, paradójicamente, al menos cuatro cohetes y bombas de mortero disparadas desde la Franja habían impactado en suelo judío, como continuación de las diecinueve que lo hicieron el domingo.
Registrados estos nuevos disparos, la sorpresiva declaración de tregua de Hamás se producía entre desmentidos de El Cairo -«no es verdad en absoluto», exponía un portavoz de Exteriores- y mensajes confusos en Israel, donde en nombre del primer ministro, Ehud Olmert, su oficina subrayó que «la medida no puede ser unilateral y Hamás, a través de sus acciones, ha torpedeado la tranquilidad en el sur». Sobre la supuesta entrada de camiones con ayuda humanitaria, ningún comentario. Incluso en el seno del grupo islamista, uno de sus líderes más radicales, Mahmud al-Zahar, advertía de que «no hay contactos para reanudar la tahadía (calma temporal) con Israel».
La clave sobre la tregua fantasma difundida ayer por el Movimiento de Resistencia Islámica -que el viernes se negó a prorrogar los seis meses de paz que había mantenido con Israel- se vislumbraba en las palabras de uno de sus portavoces. Ayman Taha subrayó que las facciones palestinas se habían puesto de acuerdo en bajar las armas veinticuatro horas «para dar una oportunidad a la mediación», pero también «demostrar que el problema está siempre en el lado israelí».
Podría tratarse de una operación para ganar la batalla de la opinión pública. De hecho, resulta improbable que Israel acepte un reto contrarreloj para volver a la tahadía, y más cuando Hamás reclama el levantamiento del bloqueo de Gaza, que nunca se produjo en seis meses de sintonía.