LOTERIA DE NAVIDAD

El Gordo viaja a ocho provincias

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El Sorteo Extraordinario de Navidad 2008, que durante 216 minutos de nervios, tensión y emoción repartió este año un total de 2.320,5 millones de euros en premios a través de 85.000 números en 195 series, regaló alegría a lo largo del territorio nacional. El Gordo fue «remolón» y no apareció hasta las 11.59 horas, cuando los niños Vanesa y Brandon Cabrera cantaron, respectivamente, el número 32.365 y los 3 millones de euros a la serie correspondiente.

Además, estuvo muy repartido, en ocho provincias (y nueve administraciones): Alicante, Barcelona, Soria, Zaragoza, Madrid, Guipúzcoa, Orense y Jaén. Al finalizar la tabla, los protagonistas manifestaron su «felicidad» y aseguraron haberse «vengado» de sus compañeros del año pasado, Álvaro López y Raúl Barrak, que iban justamente después de los artífices del primer premio de 2008.

Precisamente, decenas de personas esperaban ya desde primera hora de la mañana el comienzo del Sorteo Extraordinario de Navidad a las puertas del salón de sorteos del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (Onlae) en la calle Guzmán el Bueno de Madrid, en la última ocasión en la que se celebra el sorteo en esta sala, ya que a partir del próximo año se celebrará en la sede de la Castellana, por entender sus responsables que las dimensiones son más adecuadas.

Ya en el interior, se dieron cita personajes de todo tipo, como tres mujeres disfrazadas de goyescas, una de Papá Noel, un hombre del siglo XVI y otros curiosos y aficionados, algunos repetidores desde hace años. A las 9.16 horas comenzaron a cantar los niños de San Ildefonso, que tuvieron al público en vilo hasta un minuto antes del mediodía, cuando apareció El Gordo, precedido de casi todos los demás. El número premiado fue el 32.365, que consolida la tendencia de que la terminación en 5 es la más repetida en el Sorteo de Navidad para el primer premio.

A lo largo de la mañana, responsables de las administraciones y premiados de media España se mostraban eufóricos y descorchaban botellas de champán y cava por la «lluvia de millones», y varios de ellos se mostraban entusiasmados de poder dar por cerrada su hipoteca.

La administración de lotería número 35 de la Rambla dels Caputxins de Barcelona, repartió 348 millones de euros del Gordo, del que vendió por ventanilla un total de 128 series. Isabel Moliner, empleada de la administración, aseguró que están abonados al número agraciado con el premio máximo del sorteo de Navidad desde hace tiempo, y que fue distribuido casi íntegramente por ventanilla. Este hecho hizo que el premio estuviera muy repartido entre vecinos, paseantes y turistas, ya que este establecimiento está situado en el corazón de las conocidas Ramblas de Barcelona, frente a la Plaza Real. También en Cataluña, la administración de Sant Quirze del Vallès repartió 180 millones de euros del Gordo, al vender en ventanilla 60 series del número premiado, una parte de los cuales se fue a la vecina ciudad de Sabadell.

El sorteo de la lotería volvió a sonreír a Castilla y León, ya que la suerte repartió 112,25 millones, aunque la mayoría de los millones se quedaron en la capital soriana donde la administración número 2 vendió íntegramente el tercer premio, el 80.076, y la administración 1, situada a escasos 300 metros, una serie del Gordo. Los propietarios de la administración número 2 de Soria se quedaron con algunos décimos del 80.076 aunque la práctica totalidad de las 195 series de este número se vendieron entre los clientes de la cafetería-restaurante Gari de esta ciudad. El propietario de la cafetería-restaurante Gari, Ricardo Jiménez, resultó agraciado con un décimo del primer premio y con varios cupones del tercero.

El Gordo se vendió también en la administración de loterías El Tesoro de Embajadores, en Madrid. En declaraciones a los medios, el lotero, Avelino Rueda, se mostró satisfecho por haber repartido el premio entre personas del barrio y apuntó que «es la primera vez» que dan El Gordo de Navidad. «Hemos dado tres millones de euros, no sé a quién le ha tocado porque por aquí viene mucha gente, normalmente vendemos todo por décimos sueltos y se ha repartido», añadió.

El mesón restaurante Escobar, situado en La Matea, aldea de Santiago Pontones (Jaén), vendió entre setenta y ochenta décimos del Gordo. Una de las dueñas del restaurante explicó que los décimos los llevó desde Barcelona hasta la aldea, que tiene apenas 200 habitantes, un familiar con el que cada año intercambian entre cincuenta y setenta décimos. Las papeletas se vendieron entre los clientes del restaurante, muchos de ellos personas que pasan por esta aldea situada en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, especialmente procedentes del Levante.

La Administración número 1 de Oñati (Guipúzcoa) que vendió una serie del 32.365, ya dio otro primer premio en 1963, en este caso del sorteo de El Niño. Según indicó el responsable de la única administración de lotería de este municipio, Jaime Irizar, a mediodía todavía no se había presentado en el lugar ninguno de los agraciados.

El despacho de loterías más antiguo de Torrevieja, con más de 60 años, vendió diez décimos del Gordo, según informó la empleada de la oficina, María del Carmen Guillamón, quien explicó que recibieron ese número «al azar» desde la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado y que repartieron los diez décimos entre septiembre y octubre, todos ellos por ventanilla. Aunque ni la encargada ni la propietaria del despacho, Concepción Martínez, se quedaron con ninguna de las papeletas, la primera aseguró que sienten una «gran felicidad» por dar su mayor premio de un sorteo de Navidad en los 60 años de historia del establecimiento.

El Gordo dejó también tres millones de euros en el popular barrio zaragozano de Las Fuentes, donde la administración número 56 vendió diez décimos. Entre los agraciados en el sorteo, empleados de El Corte Inglés en Canarias, los clientes de la Cafetería Metro Moyúa de Bilbao, una asociación parroquial de Xaló (Alicante) y una asociación de costaleros de Badajoz, una empresa editorial madrileña.

Y entre las anécdotas de siempre, algunas bolas que se escapaban de entre los dedos de los Niños de San Ildefonso, que se trabaron en alguna ocasión y que por una vez habían descansado en sus casas, y no en la residencia, gracias a que el sorteo caía en lunes y los menores pasan el fin de semana en sus hogares.