El 30.227 deja más de un millón de euros en Ubrique
Actualizado: GuardarUn año más la suerte ha sido esquiva con la provincia aunque en esta ocasión ha habido un rinconcito de la misma a la que la fortuna le ha sonreido. En concreto se trata de la localidad de Ubrique que jugaba ayer una buena parte de uno de los quintos premios, vendidos en Málaga, del 30.227. El mismo correspondía a la Administración número 60 de la capital malacitana, bajo la denominación de San Judas Tadeo.
Y es que el patrón de los imposibles parece haberse aliado con la tierra de la piel para paliar el peor año de paro y problemas económicos que se recuerda. Los artífices de este particular imposible fueron Francisca Gutiérrez, junto a su marido Andrés Carrasco, y Plácido García que repartieron un total de 205 décimos conseguidos a través del hermano de Paqui, un lotero de Málaga que trabaja por la zona de Torremolinos y La Carhuela. Un pellizco que podría haber sido mayor si no hubieran tenido que devolver los 84 décimos que le sobraron. Además, Paqui vendió once décimos, ya que tenía un total de 300, en su pueblo de nacimiento en Jimena de Líbar (Málaga).
La principal característica de este premio es que ha estado muy repartido ya que ha tocado a grupos de amigos, en bares y a vecinos de las calles cercanas a los tres negocios donde se distribuyeron gran parte de los décimos, las empresas Piel Galván y Francisca Gutiérrez, donde trabaja Paqui, y David Gavilán, donde trabaja Plácido, fueron el epicentro de este terremoto de fortuna.
Por las calles de la localidad pronto se corrió la noticia del premio y se podía escuchar, constantemente, «oye te ha tocado algo». La sonrisa que seguía a la pregunta era el gesto inequívoco
La costumbre de distribuir número de Málaga la implantaron Paqui y su marido hace más de 20 años y a ellos se unió un aficionado de las Lotería, Plácido. Todos ellos recibían ayer las felicitaciones de los vecinos por haber llevado al pueblo 1.025.000 euros y por el pellizquito que a ellos les ha correspondido.
Paqui, a la que le han tocado dos décimos, se encontraba trabajando cuando le comentaron que «habían tocado los décimos de Málaga y entonces corrí para comprobar que eran los que habia traído yo». Su marido , Andrés Carrasco, que se encuentra en paro dede julio, asegura que «esto nos ha llegado como llovido del cielo y estamos disfrutando de este buen momento, después de un año bastante malo». Los compañeros de Plácido también disfrutaron de la suerte y él mismo se llevó un buen pellizco. «Me ha tocado a mi y a mi mujer, además de a mis dos hijas e incluso mi nieto pequeño me pidió un décimo y se lo regalé, también han pillado un pellizquito algunos familiares políticos». Y es que ambos vecinos ubriqueños han llenado de felicidad a amigos y vecinos ya que es «raro encontrar a alguien en nuestro círculo cercano que no lleve nada, aunque sea un décimo compartido», apunta Paqui, entre vítores de parte de esas amigas agraciadas que celebraban con ella el premio en el Bar Cristina, en la avenida España.
Un caso curioso fue el de Esther, otra vecina de Ubrique, a la que llamó su cuñada Carmen para comentarle lo del premio y «yo me alegré mucho por ella, porque está embarazada de gemelos y le viene muy bien, pero no terminaba de creerme que a mi también me había tocado, cuando me lo dijo». Ella misma aseguraba que «trataremos de darnos algún gustillo que otro pero sobre todo nos servirá para tapar algunos agujeros». Su cuñada Carmen, por su parte, aseguraba que «puedo decir claramente que mis hijos han traído el pan debajo del brazo, incluso antes de nacer».
Los bares fueron centro de las celebraciones ayer pero algunos de ellos también fueron protagonistas del premio. Ese fue el caso del Bar Espartaco donde Gabriel Rodríguez mostraba el décimo premiado. El champán hizo pronto acto de presencia y algunas de las vecinas de la zona comenzaron a llegar con sus décimos en la mano. Las hijas de las mismas ya portaban las primeras bolsas de la compra y aseguraban que «algún regalito nos tendrá que hacer mi madre con los que nos ha tocado». Estefanía era una de esas agraciadas que aseguraba que «la cosa está un poco mala y no veas como va a venir a Ubrique este premio, nos dará un respirito muy necesario».
Esta misma suerte fue esquiva con otros ubriqueños, como fue el caso de la Peña Sevillista. Ellos jugaron el número 30.364, muy cercano al 32.265 del Gordo.