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El Gordo que llega cada cuatro años
Vejer celebra la Suerte de las Hazas, un sorteo con más de 700 años de historia en el que se reparten tierras comunales Los 232 agraciados obtendrán unos 5.000 euros en renta
Actualizado: GuardarLa tradición se mantiene. Vejer estuvo ayer pendiente de dos bombos, pero a diferencia del resto de España, los vejeriegos no esperaban que les tocara una fortuna, sino porciones de tierra. Y es que, se celebró el sorteo de las Hazas, una tradición que se remonta al siglo XIII y que se realiza cada cuatro años, coincidiendo con los años bisiestos.
Un acto que tuvo lugar en el nuevo teatro de San Francisco, recinto que se quedó pequeño para acoger la ilusión de las personas que se reunieron desde las diez de la mañana para ver si la suerte no les era esquiva, algo complicado pues se repartían 232 tierras para las 2.417 familias que recogía el censo realizado por la Junta de las Hazas.
En esta ocasión el sorteo contó con varias novedades introducidas tras la revisión del reglamento en el año 2006. Una revisión que tal y como aseguró el alcalde de la localidad, Antonio Verdú, creó «un debate muy discutido por todos los vecinos, pero necesario para integrar las costumbres a las nuevas necesidades sociales».
De esta forma, se establece el derecho a disfrutar de las tierras para las parejas divorciadas o el no ser excluidas del bombo las mujeres que ya no residen en la localidad por ser víctimas de violencia de género. Se ha eliminado la figura patriarcal al cantarse el nombre de la mujer y el marido agraciados en el sorteo y se le otorgó de manera directa una porción de tierra a las 10 personas de mayor edad del censo, que comprendían entre los 102 y los 95 años, aunque esta vez y de manera excepcional por problemas administrativos fueron once.
El ser afortunado con las Hazas de la Suerte significa recibir una cantidad de dinero que corresponde a las rentas de esas tierras, oscilando entre los 3.000 y los 5.000 euros. De hecho, el valor total de las 232 porciones de tierra asciende a 1.182.000 euros.
Aunque no supone un premio muy significativo, el sorteo se vivió con júbilo por parte de las personas más mayores, sobre todo cuando a alguien que estaba dentro del teatro le tocaba. De todas formas lo importante era la tradición y así lo destacaban los agraciados como Ignacio Moreno que afirmaba no saber «el tipo de tierra que me ha tocado aunque no importa porque más allá del dinero están las costumbres». Algo que también aseguraba Catalina Molina, otra de las afortunadas, al admitir que «me hubiera gustado que le tocara a mi padre porque le hacía más ilusión y lo vive con más intensidad al significar la tradición más para él, aunque ya ves que yo tampoco puedo retener las lágrimas».
Antonio Aragón, con 97 años, fue la persona de mayor edad que presenció el sorteo y se sintió "contento porque ya no me quedaban muchos sorteos para tentar a la suerte y finalmente la edad me ha dado la posibilidad de ganar".