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El bar Gari reparte la suerte en Soria
El tercer premio, número 80.076, había sido vendido entero al local por parte de la Administración número 2 de la capital soriana
SORIA Actualizado: GuardarLos clientes del Bar Gari rebosan de alegría y de burbujas cuando ni siquiera son las diez de la mañana. A muchos les ha cogido desprevenido el tempranero 80.076, que sacudió Soria con el tercer premio del Sorteo Extraordinario de la Lotería Nacional. Mientras la administración número 2 aún tenía cerradas sus puertas, los cafés del Bar Gari se servían con el azúcar más dulce que de costumbre.
"He vendido todo, 195 series", explicaba el dueño, Ricardo Jiménez, eufórico. "Me he quedado quince números, para toda la familia"; admitía, y señalaba que ha tocado "muy repartido". Desde luego sólo había que ver a los clientes para confirmarlo. Móviles que no paraban de sonar, paseos nerviosos brindis continuos... "¡Ya estoy calado!", gritaba uno de ellos por el teléfono mientras salía a la calle a hablar. Dentro era imposible escuchar nada.
Suena el fijo del bar. Lo coge un cliente. Es de esos sitios en los que los clientes son asiduos, casi amigos. Les une la costumbre, el café de la legaña mañanera y los esfuerzos. Dos hombres se abrazan emocionados. "Con esto el paro se ve de otra manera", le dice al oído uno al otro, pero casi gritando, para escucharse por encima del griterío. El hombre que ha cogido la llamada en el fijo se gira entonces y trata de llamar la atención de ldueño. "¡Ricardo, Ricardo! ¡De Canal Nou! ¡Vete preparando el catalán!", le dice con guasa. Ricardo ni se entera. Está enfrascado en las celebraciones y los abrazos.
Si uno logra abstraerse del maremágnum de celebraciones puede encontrarse con detalles curiosos. Una chica se abraza a su novio. Les han tocado 150.000 euros. Otro hostelero, Mario, le había regalado el domingo un décimo a un agricutor llamado Eli. No es el único. Javier Gil, de un bar cercano, también había comprado décimos en el Gari. Otros 150.000 euros.
A un kilómetro del bar, en la administración que vendió al Bar Gari el número premiado, un chaval de la Escuela Taller está tan nervioso que ni siquiera acierta a decir cuánto le ha tocado. No ha podido ni echar cuentas. Los medios le aturullan. Le aturullamos. "Lo tenía apuntado, lo he oído en la radio y he saltado a gritos. No sé lo que voy a hacer, según vayan sucediendo las cosas". A sus 21 años, Ignacio Donoso, alumno de la escuela taller, no tenía ni ganas ni tiempo de acudir al tajo, a aprender a colocar paneles térmicos, por más que un compañero tratara de bajarle un momento de la nube.
El propietario del bar ha decidido viajar a Ecuador, de donde son originarios sus tres empleados. Ricardo Jiménez ha confirmado que irá con su familia y con sus trabajadores ecuatorianos, "porque se lo merecen", a la vez que se ha mostrado dispuesto a abonar el coste del viaje de todos ellos. "Tengo tres fenómenos y son ecuatorianos; uno es la mano derecha mía y con él, al fin del mundo". Jiménez ha recordado que los tres trabajadores ecuatorianos sólo llevaban un décimo del tercer premio agraciado, aunque alguno "no lo quería coger, pero gracias a Dios lo terminó haciendo". De los tres trabajadores, uno de ellos lleva tres años empleado, mientras otro lleva apenas un mes y quince días el tercero.
En Soria ya no sirven café solo. Es con burbujas. Y se ríen de la crisis y del 2009 que viene.