De una vieja rueda
Como una curiosidad más, traemos a nuestra sección el reciclado de bicicletas inservibles para hacer simpáticos complementos
Actualizado: GuardarDel dibujo de una cubierta desgastada se puede usted hacer un broche muy simpático para lucirlo en esta Nochebuena. Así tal como suena. Se le ocurrió una vez a Adrián García y se puso manos a la obra. «Comencé de forma autodidacta. Se hace en lugares como el norte de Europa y me pareció una buena idea llevarla a cabo. Después, el tiempo y los consejos van perfeccionando el oficio», comenta.
Tanto es así, que ahora ya no es un broche, sino una pulsera o una lámpara si ustedes quieren. Vía libre a la originalidad. Adrián está muy interesado en el mundo de la reutilización o del reciclado. «Para mí es lo más importante. Lo que yo haga carece de importancia en comparación con el fin que se persigue», comenta con cierta humildad. Pero lo cierto es que de unas viejas bielas, de las varillas finas del radio de una rueda o de una simple cámara de una bicicleta, Adrián es capaz de crear algo.
Y no le sale mal a tenor de los trabajos expuestos en cualquier mercadillo que se busque por ahí. «Lo cierto es que ahora, en Navidad, por ejemplo, tiramos demasiadas cosas. Estamos inmersos en una sociedad consumista que sólo sabe comprar desaforadamente. Y lo que ya hemos consumido y no nos sirve, lo tiramos», agrega. Así que con esta premisa nace su labor artesanal, que en los últimos años ha venido practicando nuestro protagonista.
En el puesto instalado en el Rastro el pasado domingo, se podían ver pulseras de goma, muy bien pintadas y trabajadas o algunos broches para colocar en un abrigo. «No aconsejo que sea de visón, no va a pegar mucho. Pero bueno, cualquier cosa es posible», explica. El caso es que lo de Adrián es un oficio al menos curioso.
Por último un consejo de nuestro joven artesano. «Muchas veces valoramos los regalos que nos hacen más por el dinero que cuestan que por el cariño con el que se hacen. Una simple goma reutilizada en una pulsera puede ser un regalo bonito. Y además, hemos hecho una función mucho más altruista y acorde con el medio ambiente que irnos a comprar el objeto más caro o deseado», concluye.