Jesucristo vuelve a nacer en La Janda

Más de medio millar de asidonenses, niños, jóvenes, adultos y ancianos, participaron ayer en la cuarta edición del Belén Viviente de Medina Sidonia. Ellos fueron los principales responsables de que una de las localidades más hermosas de la provincia se trasladara, a través de la puerta del tiempo, y se ubicara en la región de Palestina, hace más de 2.000 años. Una de las principales novedades de este año, la apertura del Belén a la una de la tarde, contó con un gran acogida y posibilitó un mayor lucimiento de la recreación. Miles de personas, de todos los puntos de la provincia, la comunidad autónoma e incluso del resto de España, pudieron disfrutar con el espectáculo visual que ofrecían pastorcillos, hilanderas, mercaderes, carniceros, pescaderos, obradores, panaderos, etc, que cumplieron con creces con su papel, el papel de engrandecer la buena imagen de su pueblo, como si con ello ganaran un premio internacional a la interpretación. Otro de los aspectos más destacados del Belén Viviente de Medina fueron los lugares en los que se ubicaban las escenas. No todas las recreaciones cuentan con la suerte de producirse en un Conjunto Histórico declarado Bien de Interés Cultural y las 60 escenas del Belén de Medina se fundían en un abrazo con los bellos monumentos de la localidad jandeña.

Con todos estos mimbres no resulta complicado pensar que los asidonenses serían capaces de reinventar la historia para demostrar que Cristo nació en Medina. Una idea que ayuda a que crezca la imagen de este municipio, que mantiene un gran idilio con la Navidad (muestra de ello son sus dulces) y necesitaba un evento como el del Belén Viviente.