Un problema a tres años vista
La Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Cádiz en 2012 reunirá a 4.000 personas y para entonces la capital sólo dispondrá de algo más de 900 habitaciones de hotel de categoría superior
Actualizado: GuardarYa lo advirtió el secretario general de Iberoamérica, Enrique V. Iglesias. Lo que más le preocupa de la organización de la vigésimo segunda cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, que se celebrará en Cádiz en 2012, es la capacidad hotelera de la ciudad. Y parece que no le va a faltar razón, porque si se llega a los mínimos va a ser forzando la máquina o mejor dicho, las grúas.
En el mejor de los casos y teniendo en cuenta lo que cuesta que proyectos hoteleros de gran envergadura salgan adelante, la ciudad contará con tres hoteles de cinco estrellas: la ampliación del Atlántico en la antigua Escuela de Tiro, el proyecto central del hotel Valcárcel y otro pequeño proyecto que acumula aún más escollos que los anteriores, la Casa del Almirante. En total, 190 habitaciones de categoría superior.
Y en cuanto a los hoteles de cuatro estrellas, se contará con los actuales: seis establecimientos, entre los que se incluye el Parador, que deberá estar ya reconstruido. En total, 736 habitaciones.
A todas luces, una cifra insuficiente para la envergadura de las personalidades que se darán cita en la ciudad dentro de menos de cuatro años, ya que las cumbres suelen celebrarse en octubre.
La última reunión de mandatarios iberoamericana, celebrada en El Salvador del 29 al 31 de octubre pasados, congregó simultáneamente a 4.000 personas, entre las delegaciones de cada país, diplomáticos, periodistas y miembros de la seguridad.
Según explicó a LA VOZ el director de Comunicación de la Cumbre de San Salvador, Marvin Quinteros, a lo largo de todos los actos previos y de la reunión de presidentes se acreditó a un total de 11.000 personas. Hay que tener en cuenta que desde enero comienzan a celebrarse reuniones interministeriales que precisan también de tareas de organización y por supuesto, suficiente infraestructura hotelera. En el caso de San Salvador, fueron 22 conferencias y seminarios antes de llegar a los tres días de la Cumbre.
La ventaja en el caso de la ciudad centroamericana es que disponía de seis hoteles de cinco estrellas y ocho de cuatro. Muchos de estos establecimientos, además, se encontraban situados cerca del Centro de Convenciones, donde se celebraron las reuiones de presidentes y donde se situó el Centro Internacional de Prensa y otras dependencias relacionadas con la cumbre.
En Cádiz, esa fórmula será imposible. Aunque aún es pronto para determinar planes, la Secretaría de Estado de Iberoamérica, que es la que organiza las cumbres junto con el Gobierno que las acoge ese año, tendrá que ingeniárselas para organizar un evento en una ciudad rodeada de mar y con dos únicas salidas, si para entonces está terminado el segundo puente.
La seguridad será una cuestión de Estado por lo tanto. Pero tener a punto la oferta hotelera será una responsabilidad de la ciudad. Y ahí empiezan los problemas. De momento, el promotor del que iba a ser el primer hotel de cinco estrellas de la ciudad, en el antiguo hospicio del Valcárcel, ya ha avisado que la obra no estará terminada por completo en 2012. Felipe Sanz, consejero delegado de Zaragoza Urbana (propietario de la cadena Palafox y del hotel Playa Victoria, entre otros) señaló públicamente que los plazos son demasiado cortos y que, como mucho, tendrá a punto el edificio central, que supone 120 habitaciones, de las 180 previstas.
Un poco más esperanzador es el futuro del otro hotel de cinco estrellas, la ampliación del Parador en el Campo de las Balas, que contará con 60 habitaciones más un centro de spa. El tercer establecimiento es la Casa del Almirante, un proyecto de 20 habitaciones que se ha anunciado con la máxima calificación, pero cuyas obras se han topado con todo tipo de inconvenientes hasta ahora.
De los hoteles de cuatro estrellas, el Playa Victoria es el de mayor capacidad, con 188 habitaciones, aunque también es el que más alejado está del casco antiguo, donde se prevé que se celebren las reuniones principales (de hecho, existe ya una idea perfilada de firmar la llamada Carta de Cádiz en el Oratorio de San Felipe). Inmediatamente después está el Tryp Caleta, vecino del Playa, con 143 estancias y 279 plazas. El tercero y último que superará las 100 habitaciones es el Parador. El edificio actual dispone de 149 y el que le sustituirá tendrá 120, aunque lógicamente, de mucha más calidad.
Pero es que además, para este tipo de acontecimientos no vale cualquier establecimiento. Lejos de consideraciones estéticas y al margen del estándar de máxima calidad que requerirán las delegaciones oficiales, se necesitan condiciones de máxima seguridad. Hay que tener en cuenta que en esas reuniones asisten los presidentes de cada uno de los 22 países participantes, acompañados por una delegación de ministros y cargos de confianza de alto rango. Y si no asiste el presidente, sí que lo hace el vicepresidente o al menos el ministro de Exteriores en su representación.
mcaballero@lavozdigital.es