Un negocio sobre ruedas
Cerca de su trigésimo aniversario, esta empresa se enorgullece de la fidelidad de sus 17.000 clientes
Actualizado:El día a día del gerente de Neumáticos El Vaca es un no parar de resolución de los problemas que surgen durante la jornada, atención al teléfono, cuidado de la clientela... va y viene constantemente por las instalaciones, siempre con algo que hacer. Es su segunda casa; casi la primera si tiene en cuenta dónde pasa más tiempo. Creció entre neumáticos. Esta empresa familiar es un proyecto que inició su padre en 1979. Fueron tiempos de grandes esfuerzos que dieron lugar a grandes satisfacciones. «En los primeros cinco años, mi padre pensó un par de veces en tirar la toalla, pero peleó y a partir del quinto año cerró cada ejercicio con mejores resultados que el anterior», explica Jesús.
La dinámica no ha cambiado. La empresa va bien a pesar de la crisis. Hasta hace unos meses se veía obligado a rechazar trabajo porque no era capaz de dar abasto. Tras la ligera caída de la demanda, ahora puede hacerse cargo de los trabajos que antes tenía que derivar. «Estamos prácticamente igual, casi al 100% de nuestra capacidad», apunta. La crisis sólo se ha dejado sentir en que a veces sufre retrasos para el cobro de facturas.
Le gusta estar encima de la empresa, implicarse, no sabe trabajar de otro modo. Dice que le cuesta delegar, aunque se apresura a subrayar con satisfacción que ha conseguido hacerse con un elenco de empleados que califica como «un equipo selecto». Empezó con un pequeño taller en la calle Rosa. Aún funciona como tal, pero la central de la empresa se encuentra ahora en el Parque Empresarial de Poniente.
El salto
Hace 15 años decidió ampliar el ámbito de negocio. No quiso limitarse a las reparaciones del taller. Se convirtió en distribuidor de neumáticos para otras empresas del sector de la provincia. Esta decisión supuso un salto cualitativo en la evolución de la empresa, que cada año facturaba más que el precedente.
Jesús ha sido toda su vida un emprendedor. Se siente satisfecho de su trayectoria: «Profesionalmente, ya tengo todo lo que quiero», dice. Asegura que lo que le da más satisfacciones es siempre el cliente que se va contento. «Para que el negocio vaya bien ya está todo inventado, trabajo bien hecho, constancia y buen trato para con el cliente», explica. Muchos son los que han pasado por sus instalaciones. «Este año hemos mandado una felicitación de Navidad a todos los clientes que tenemos registrados y han sido 17.000 envíos», dice con orgullo. No tiene decidido sus próximos planes de futuro. Quiere aguardar a que pase el chaparrón de la crisis. «Después ya veremos qué hago», apunta. Pero tras toda una vida trabajando, empieza a tener las miras más en lo personal.
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