Ciudadanos

Inmigrantes piden la adhesión española a la Declaración del Trabajador Extranjero

Más de 500 personas celebraron en el colegio Salesianos de Chiclana una fiesta intercultural y reivindicativa

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En el patio del colegio de los Salesianos de Campano en Chiclana, no había ayer fronteras que impidieran que las más de 500 personas que se reunieron en él, viajaran de Argentina a Bolivia, de allí a Marruecos, a Nigeria, a República Dominicana o Rumanía y finalmente a España. Sólo tenían que recorrer los 20 metros que separaba cada una de las 10 naciones que componían este mapa mundi en miniatura.

Sí, sólo 20 metros. Se trataba de una de las actividades del Segundo Encuentro de Naciones, organizado ayer en este colegio por la asociación gaditana de acogida para extranjeros Cardijn, con motivo del Día del Inmigrante, en el aniversario de la Declaración de Derechos del Trabajador Inmigrante (que se celebraba el pasado jueves 18) y que ha tenido poco predicamento en el Primer Mundo. España aún no se ha unido a esta declaración.

Ayer 500 personas de unas 30 naciones, y todos vecinos de la provincia de Cádiz, compartieron una fiesta que sirvió no sólo de convivencia intercultural, sino también como actividad reivindicativa.

«Ya el año pasado hicimos la Fiesta de los Pueblos para pedirle al Gobierno que firmara la declaración», explica Ana Rizo, coordinadora de Cardijn. «Como no nos hicieron caso, hemos hecho la segunda y se ha superado la participación», confirma.

Gymkana por el mundo

En el patio de los Salesianos, 10 mesas representaban otros 10 países, en los que sus oriundos explicaban las costumbres de sus pueblos entre los participantes de esta peculiar gymkana: desde la gastronomía pastelera de Marruecos, hasta la ropa más común de Nigeria, pasando por el mate argentino, y la danza colombiana y los cantos peruana.

Viajando a la mesa de Nigeria, Soni (como le conocen) muestra la ropa de su país con orgullo: colorida y «preciosa», dice una gaditana. Además sitúa su país en el mapa ya que, «muchos no saben dónde está», asegura este nigeriano con nacionalidad española. Arribó a Cádiz hace nueve años en patera y ahora tiene dos trabajos, y estudia Económicas por la Uned. Además, colabora como voluntario con Cardijn, en uno de cuyos pisos estuvo acogido cuando llegó a España. Ayer participaba por segunda vez en esta fiesta, de la que valora el espíritu de «querer mejorar» que mantiene la asociación. Poco más allá, en Argentina, Leonardo Sedrachi recibe a los visitantes con un ejemplar de Martín Fierro, el Quijote argentino. Y reivindica la fiesta como ejemplo de la diversidad cultural de la provincia. Quizá, no siempre bien conocida.