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ARCOS. Una de las escenas más concurridas del Belén arcense. / A. R.
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La tradición de la Navidad cobra vida

Más de 30.000 visitantes disfrutan de los belenes vivientes de Arcos, Ubrique, Villamartín y El Bosque

ANTONIO ROMERO
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En la jornada de ayer, la comarca de la Sierra de Cádiz volvió a vivir una de las tradiciones que mayor auge está adquiriendo en los últimos años: la representación del nacimiento de Cristo en carne y hueso y con la participación de toda la localidad.

La fiesta central (por lo que tiene de foco neurálgico de la zona) se vivió en Arcos, donde más de 20.000 personas, a falta de la confirmación de los datos oficiales, pudieron disfrutar del 25 aniversario del Belén Viviente arcense. Las calles más emblemáticas de la ciudad monumental por excelencia resultaron una puerta en el tiempo para que los visitantes se trasladaran más de 2.000 años en la historia.

De forma paralela a la celebración arcense, el bello casco antiguo de Ubrique y las calles de Villamartín también hicieron gala de su belleza para mostrar el sentir religioso de un pueblo y servir como punto de convivencia de sus vecinos. En ambos belenes participaron unos 350 figurantes, 200 en Villamartín y 150 en Ubrique, todos ellos vecinos de la propia localidad. En Arcos fueron más de 400 las personas que hicieron posible la celebración.

La pauta de todos los municipios, sin embargo, desembocaron en calles transformadas en zocos improvisados, con sus productos del huerto, panaderías, carpinterías, telares y demás escenas que fueron representadas, muy a conciencia, por los vecinos, que tratan de aportar su grano de arena para ensalzar la imagen de su pueblo ante los visitantes y entre sus propios conciudadanos.

Las escenas bíblicas, como no podía ser de otro modo, también estuvieron presentes en las estrechas y encaladas calles de los Pueblos Blancos. Las aglomeraciones que se daban en estos pueblos, para contemplar las escenas, resultaban más llevaderas acompañados por un vaso de chocolate caliente y un rico buñuelo. Además, los visitantes se guiaban por los sones de villancicos y la fiesta que marcaban algunas de las escenas de estos belenes vivientes.

Fiestas para todos

Por ejemplo, se pudo disfrutar de una boda hebrea, bailes en el palacio de Oriente, cantes de las lavanderas e hilanderas y un largo etcétera de actividades lúdicas de dos milenios atrás.

Los niños jugaron un papel fundamental en todas las representaciones, lo que garantiza la pervivencia de estas tradiciones que, lejos de desaparecer, cada vez cuentan con mayor apoyo en estos municipios.

Trabajadores municipales, vecinos y colectivos sociales también se han involucrado, durante meses, en la preparación de todos los elementos que hacen mucho más atractivos estos belenes.

No obstante, las celebraciones de este tipo no han concluído en la Sierra, ya que hoy tendrá lugar el Belén Viviente de Espera y el próximo martes el de El Gastor.

También, y bajando un poco de los montes altos de la provincia, la ciudad jandeña de Medina Sidonia será escenario en el día de hoy de uno de los belenes vivientes más tradicionales y conocidos de la geografía gaditana.

sierra@lavozdigital.es