Unos 40.000 habitantes del País Vasco y Navarra sufren el acoso del entorno de ETA, y mil de ellos llevan escolta
La persecución provoca graves consecuencias físicas y psíquicas en los afectados
MADRID Actualizado: GuardarMás de 40.000 de los 2,7 millones de habitantes que suman País Vasco y Navarra sufren acoso por parte de grupos afines a ETA, y mil de ellos tienen que ir acompañados por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica, con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.
Según refleja un informe escrito por el analista de 'Bakeaz' Doroteo Santos y publicado por la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, los expertos han advertido consecuencias derivadas de todo eso para la "salud colectiva" de la sociedad, algo reflejado en los últimas encuestas publicadas por el 'Euskobarómetro' en las que la población vasca muestra un mayor pesimismo respecto a la evolución del terrorismo mientras que los asesinatos y atentados "han disminuido realmente".
Esta opresión ejercida sobre quien se opone a los planteamientos etarras no se trata de algo que "nace por generación espontánea" sino que es "una de las formas planificadas" de actuación de su entorno. "No caigamos en el error de pensar en ella como en un método secundario de coacción política o en un tipo de agresión menor -reclama el autor del artículo-. Todavía estamos por ver los efectos devastadores de este tipo de violencia tanto en las víctimas como en los propios victimarios".
Beneficios políticos para los proetarras
Asegura además que alguien se beneficia políticamente de esta persecución terrorista y apunta directamente a "las opciones ideológicas que auspician y amparan este tipo de violencia", es decir, "la antigua Batasuna con cualquiera de sus nombres actualizados". A su juicio, esta organización adquiere "un protagonismo y una capacidad de influencia social muy superior a la que por votos electorales le pudiera corresponder en una situación normalizada".
Así, en un repaso de las obras que abordan este asunto, echa en falta trabajos elaborados "desde las filas del nacionalismo extremista", que, según señala, "pasa de puntillas" sobre él. Sin embargo, apunta que el acoso sí es tratado por diversos panfletos y librillos "de consumo interno", en los que "la apología de semejante práctica, junto a consejos tácticos y manuales de lucha, han sido pautas habituales".
Ley de protección a las víctimas
Esta forma de violencia incluye entre sus métodos de actuación actividades "clásicas" del terrorismo tales como asesinatos, extorsiones o amenazas directas, pero también otras formas "de aterrorizar y amedrentar más difusas" como denuncias públicas, plantones o cercos. Estos segundos métodos no son menos efectivos "en la victimización de las personas hostigadas", porque detrás de la amenaza siempre está la posibilidad real de sufrir un atentado.
Por ello, las principales asociaciones y colectivos de víctimas han realizado un esfuerzo para que el acoso sea contemplado también en la nueva ley de protección y reconocimiento a las víctimas del terrorismo que se encuentra en fase de negociación. Además, el Congreso aprobó ya una iniciativa que insta al Gobierno a trabajar en este sentido.