Irán reclama su sitio como potencia
A punto de cumplir 30 años, la República Islámica es ya el referente de la región, al tiempo que desafía cualquier amenaza
Actualizado:«Ninguna de las potencias mundiales es hoy una amenaza porque Irán se ha convertido ya en la más fuerte de la región». Mahmud Ahmadineyad ha iniciado su particular campaña electoral de cara a los comicios presidenciales del 12 de junio de 2009 y tiene claro su argumento principal: el surgimiento del poderío de la República Islámica en la zona tras sus cuatro años al frente del país persa.
El dirigente ultraconservador ha dilapidado la imagen aperturista proyectada por el reformista Mohamed Jatamí y ha seguido al pie de la letra el lema del imán Jomeini «ni Este, ni Oeste, sólo la República Islámica». «El eje de esta política es un equilibrio entre la conservación y el aumento de la seguridad nacional, por un lado, y la extensión de la influencia iraní donde sea posible, especialmente en los países con comunidades chiíes», destaca el profesor de la Universidad CEU San Pablo, George Emile Irani, en su informe 'Política de Seguridad Regional de Irán: Oportunidades y Desafíos'.
La búsqueda de la mejora en la defensa del territorio ha llevado al Ministerio de Defensa islámico a «revolucionar la producción de misiles», según las declaraciones del director de la Organización Aeroespacial, general Mehdi Farahi, a la cadena Press TV. «La estructura de producción está siendo renovada del todo para ser más eficiente y poder estar a la altura de nuestras Fuerzas Armadas», señala.
Esta revolución afectará a la producción de los misiles de corto y medio alcance, Sejjil, Zelzal, Fateh y al más temido por la cercana Israel, el Shahab 3 de largo alcance. Los servicios de inteligencia del Estado hebreo, citados por el diario 'Haaretz', acusan a Teherán de haber «triplicado su arsenal de Shahab 3. Apenas tenían treinta misiles a comienzos de año y ahora dispone de más de cien». El portal de Internet británico Jane's Intelligence, por su parte, interpreta este aumento de la capacidad balística como «una preparación para un posible conflicto».
A la espera de Obama
La amenaza de intervención estadounidense, que convive con la República Islámica desde su nacimiento hace treinta años, no ha decrecido tras la elección de Barack Obama como próximo inquilino de la Casa Blanca. Para el general Gholam-Ali Rasheed, «George W. Bush ha llevado a cabo los preparativos necesarios y lo que antes eran amenazas, ahora ya cuentan con una estructura a través de la implantación de bases y la firma de pactos en la región».
En declaraciones a la agencia Fars, Rasheed señaló que la llegada de Obama da a Irán un margen de «al menos un año» para estar listo ante una posible agresión extranjera. Una agresión que podría comenzar por los puntos más vulnerable del país persa que, según Rasheed, serían, «el noroeste y el sudeste , así como la provincia de Juzestán».
El cambio propuesto por el nuevo líder demócrata no tranquiliza a Teherán. Organizaciones con peso en el análisis geopolítico especulan sobre las repercusiones de un ataque y para el Washington Institute for the Near East Policy «la respuesta iraní sería proporcional al daño que podría recibir».