Los males de siempre matan a un Portuense gafado

Lo del Portuense clama al cielo. La plantilla debe estar hundida, ya no sólo por los problemas económicos, si no por ver que su trabajo no tiene recompensa. El de ayer fue uno más de los muchos encuentros donde los hombres de Ferri dan todo lo que llevan dentro, pero cuando se llega al portal contraria ya es otra cosa. El dominio que ejerció a lo largo y ancho de los 90 minutos sobre el Lucena nadie lo puede discutir. Para mayor ensañamiento de la suerte contra el Portuense, los cordobeses se llevan el partido en tiempo de descuento, y con un regalo de Reyes por adelantado que Diego Ramírez le hace a Troiteiro.

El único pecado que ayer pudo tener el Portuense fue el utilizar en exceso la banda derecha de su ataque, cuyos centros de Abel siempre encontraban un defensor, o bien el portero visitante, que aunque empezó dubitativo, se fue haciendo con el dominio. El Lucena se puede decir que ha podido ser el equipo que menos hizo ofensivamente en el Cuvillo para llevarse los tres puntos. Eso sí, la pegada que le viene faltando a los rojiblancos la tuvieron los visitantes, con hombres con buen disparo con el balón en carrera. Los dos goles del conjunto de Antonio Gutiérrez fueron similares. Desde los inicios llevó el Portuense el dominio del encuentro, apoyado por una afición que sin excederse en asistencia en todo momento está con el equipo. Nada más comenzar, a los 5 minutos ya avisó Abel con un disparo casi a una escuadra. El Portuense se sentía a gusto sobre el campo, con un juego abierto a la banda derecha. Los locales vieron la inseguridad por alto de Toni García y el bombardeo fue mayúsculo. Los de El Puerto todo el juego lo desarrollaban en campo contrario porque el Lucena también demostraba el por qué esta ahí abajo rozando los puestos de peligro.

Pero el gozo en un pozo, cuando un rechace en corto de la defensa portuense lo aprovecha Ortiz, sin que nadie le salga al paso, para disparar y batir a manu Taranilla. Iniciada la segunda mitad, el Portuense bajó algo la calidad de su juego, sobrellevado por la presión. Poco a poco retomó el mando. Sanlúcar, fue arrollado por Cabello, en un penalti sin paliativos. Se encargó de transformarlo Rubén Anuarbe.

A los 85 minutos tuvo la clave Carrasco para haber finiquitado el marcador, pero el centro de Abel al que había sido el máximo goleador de la Tercera División no encontró el olfato, y solo como la una su cabezazo se estrelló en el pecho de Toni García. Luego, la desgracia para los locales no se hizo esperar, y en un fallo de Diego Ramírez, que abrió el cuero a la derecha sin percatarse que allí estaba Troiteiro, quien avanzó unos metros para llegar a la frontal del área y disparar dentro de la portería. Y todo en tiempo de descuento, cuando ya no había capacidad para la reacción.El Portuense deja el 2008 sin haber ganado esta temporada un solo partido en su casa.