Madoff evita comparecer ante el juez, pero no logra evitar la congelación de todos sus bienes
Desde su detención el pasado 11 de diciembre ha sido citado en dos ocasiones ante los tribunales federales para concretar los detalles de su fianza
NUEVA YORK Actualizado: GuardarUna semana después de su detención, acusado de montar la mayor estafa en la historia de Wall Street, el financiero Bernard Madoff ha conseguido evitar las citas previstas ante la Corte de Manhattan, pero no la congelación de todos sus activos y el endurecimiento de las condiciones de la fianza. Mientras, y desde que fuera detenido el pasado 11 de diciembre para sorpresa de buena parte del mundo financiero, no ha cesado el goteo de nuevas entidades y grandes fortunas personales que han reconocido haber confiado sus fondos a Madoff y que, por lo tanto, podrían perder esas inversiones.
El propio financiero neoyorquino, que mantuvo una exquisita reputación como gestor de fondos serio y eficaz durante décadas, reconoció tras su detención en el apartamento que tiene en Manhattan que había creado un gigantesco sistema Ponzi, que podría suponer una estafa de unos 50.000 millones de dólares. Aprovechando su reputación y contactos -especialmente entre la sociedad judía-, Madoff captaba fondos de potentes inversores institucionales y particulares para gestionarlos prometiéndoles grandes rentabilidades.
Un esquema Ponzi es aquel por el que los intereses prometidos a los primeros inversores se pagan con los fondos de quienes se van incorporando, por lo que, en el momento en que dejan de llegar nuevas cantidades, no se pueden pagar los compromisos y el sistema se derrumba. Según consta en la documentación de los casos que se han abierto contra él, después de que Madoff confesara a sus hijos que había creado un gigantesco esquema Ponzi -que podría ser uno de los mayores de la historia-, éstos denunciaron a su padre, detenido por el FBI.
Su esposa también está siendo investigada
Aunque desde entonces ha sido citado en dos ocasiones ante los tribunales federales para concretar los detalles de su fianza, el financiero ha logrado evitar su comparecencia, negociando de antemano los correspondientes acuerdos. A resultas de esas negociaciones, y como cabía esperar ante la magnitud de la estafa, Madoff se ha comprometido a permanecer bajo arresto domiciliario, a portar una pulsera electrónica para que se pueda saber dónde está en todo momento y a entregar su pasaporte y el de su esposa, que también está siendo investigada.
Además, ha accedido a la congelación de todos sus activos y entregado en garantía la propiedad de su lujoso dúplex de Manhattan, su chalet en los Hamptons (lugar de veraneo en Long Island de la alta sociedad neoyorquina) y su mansión de Palm Beach (Florida).
Pero las dificultades para el ex presidente del Nasdaq no han hecho más que empezar y, de momento, ya tiene como deberes elaborar una detallada lista con todo lo que tiene y todo lo que debe (activos y pasivos), tanto a nivel personal como a través de Bernard Madoff Investments Securities.
Una lista ante de final de año
Esa lista deberá ser entregada al juez Louis Stanton, de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, antes de que acabe el año, para que las autoridades puedan saber con exactitud con qué cantidad cuentan a la hora de tratar de reembolsar los miles de millones de dólares que inversores de medio mundo le habían confiado.
En esa lista tiene cabida cualquier cosa que tenga valor, incluidas obras de arte, coches o joyas, que de momento pasarán a estar custodiadas por un abogado de Nueva York, quien también podrá requerir el control de activos que hayan sido transferidos a terceras partes o que se encuentren fuera de EEUU. Según consta en la documentación que maneja la corte, ese abogado deberá presentar el próximo 26 de enero una relación de los bienes, de los negocios en el extranjero y de los clientes del financiero.
También deberá detallar qué cantidades recibió Madoff de sus clientes y qué intereses pagó, algo que no será nada fácil, porque, según se ha ido sabiendo esta semana, en las dos últimas décadas han sido miles las personas y entidades que han mantenido negocios de forma directa o indirecta con el financiero.