Jerez

Más famoso que el del Arenal

El caballito de la confitería de Manolo, en Ramón de Cala, lleva años cargando en sus lomos a la chiquillería del barrio

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El caballito de la calle Ramón de Cala, antigua Cruz Vieja, forma parte de la fisonomía del barrio. Se podría decir también que el día en el que el caballito de la calle Ramón de Cala no esté, Jerez ya no será igual. Sobre sus lomos se han montado varias generaciones de ciudadanos. Ahora, algunos que pasan de los cuarenta recuerdan que ellos también se creyeron John Wayne o el Cid Campeador a lomos del caballito.

Ubicado en la conocida confitería de Manolo Rodríguez, el caballito está haciendo guardia desde que Manolo se hiciera cargo del negocio hace por lo menos más de cuarenta años.

Ahora, Manolo puede dedicarse en cuerpo y alma a su pasión por los colores del Xerez. Se jubiló hace casi dos años y en la confitería, ahora, está Francisco Cordero. «Yo no pienso quitarlo. Me parecería una osadía», comenta mientras observa el viejo y estático caballito. Francisco es el responsable del establecimiento. «La familia siempre se ha dedicado al comercio. Estuvimos dos años en Torresblancas y después nos llevamos siete años con un kiosco en el Polígono de San Benito», cuenta.

Las clásicas pipas, las golosinas y ahora, en Navidad, «algunas cositas como pestiños», comenta Francisco. Otro clásico de la tienda es la miel, «muy buena, por cierto». El caballito de la puerta de la confitería de Manolo tiene cuerda aún para rato. Parece un tanto ausente de estas cosas de la crisis y las ventas bajas. «Este no tiene preocupaciones cuando llega a fin de mes», añade Francisco Cordero.

Los chavales del barrio se siguen parando y algunos se montan durante un par de minutos. El caballito sonríe, cumple perfectamente con su misión de llevar a cuestas a media chiquillería. Las ciudades también viven de estas pequeñas cosas. El caballito de la confitería de Manolo es un clásico. Tarde o temprano tenía que ser protagonista de nuestra sección. Al fin y al cabo, es uno de los nuestros. Es un jerezano más.