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ACUERDOS. La Junta y los propietarios eligieron Jerez para sellar este pacto. / LA VOZ
Jerez

La alianza contra la extinción

La Delegación de Medio Ambiente firmó ayer 24 convenios de colaboración con propietarios de fincas particulares para conservar la fauna de la zona

MARÍA JOSÉ PACHECO
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La conservación de la fauna y la lucha contra la extinción de las especies emblemáticas dio ayer un paso firme y decidido gracias al convenio de colaboración que la Delegación de Medio Ambiente firmó ayer con los propietarios de una veintena de fincas particulares de la provincia en las que habitan estos animales.

«Los animales no entienden de fronteras, se instalan dónde encuentran un mejor hábitat, y eso lo mismo puede ser un espacio público que una finca privada», destacaba ayer tras la firma la delegada de Medio Ambiente, Gema Araujo, que hizo hincapié en la necesidad de «llegar a alianzas con los propietarios para que seamos cómplices en una tarea compleja en la que ellos tienen mucho que aportar, ya que son los gestores directos del territorio».

Los pactos que se sellaron ayer con un total de 24 propietarios tienen como objetivo garantizar la correcta gestión de esas explotaciones en las que habitan las especies protegidas y emblemáticas, ya que de esa manera se asegura la conservación de la fauna.

Además, estos convenios suponen un cambio de filosofía importante ya que, en palabras de Araujo, «la preservación de las especies no sólo se puede basar en crear santuarios naturales». Y es que actuaciones como la declaración de Espacios Naturales Protegidos son sólo una pata más de esta estrategia a la que ahora la Junta ha incorporado a los otros actores, los dueños de las fincas.

En este punto, la delegada recordó ayer que la firma de los convenios es posible gracias a la labor de concienciación de los propietarios que los técnicos de Medio Ambiente llevan realizando desde 2002, «un trabajo duro» que ha convertido a Cádiz en la provincia pionera en este tipo de acuerdos y que ha propiciado que ya se hayan sellado un total de 53 acuerdos para que los expertos de la Administración «puedan entrar en las explotaciones y colaborar en las tareas de conservación al tiempo que se mejoran los aprovechamientos agrícolas, cinegéticos o forestales».

Esa cifra es más que relevante si se tiene en cuenta que la suma de la extensión total del más de medio centenar de fincas supone una superficie de 28.000 hectáreas, lo que equivaldría a la extensión que ocupan el Parque Natural Bahía de Cádiz y el Parque Natural del Estrecho juntos.

En concreto, los convenios firmados ayer se dividen en tres bloques: grandes rapaces (que engloba la mayor extensión, 21.000 hectáreas), aves esteparias (1.400 hectáreas) y humedales (5.600 hectáreas). Como destacan desde la Delegación de Medio Ambiente, son tres escenarios distintos pero con el denominador común de que son idóneos para albergar especies emblemáticas y, en muchos casos, amenazadas.

Así, grandes rapaces como el águila imperial ibérica y aves esteparias como la avutarda, considerada como el lince de las aves por su situación de peligro de extinción, han encontrado en las fincas con las que se ha llegado a un acuerdo un hábitat ideal para obtener alimento y refugio. Del mismo modo, las salinas y los humedales acogen a miles de aves acuáticas.

Jerez, centro neurálgico

La delegada de Medio Ambiente también quiso ayer referencia a la importancia del municipio de Jerez en esta nueva estrategia. Y es que la ciudad elegida para rubricar los acuerdos aporta un total de 5.274 hectáreas distribuidas en diferentes fincas, lo que la convierte en la tercera localidad en superficie sólo por detrás de Vejer (6.479 hectáreas) y Medina Sidonia (6.123).

Según Araujo, Jerez siempre ha sido una zona prioritaria a la hora de firmar estos convenios porque reúne las condiciones para llevar a cabo proyectos de conservación de las tres líneas ya mencionadas.

Eso sin olvidar que este municipio es el centro neurálgico del programa de conservación de aves esteparias, ya que las zonas de cultivo de la Campiña son el hábitat ideal para estas especies. «Jerez se ha convertido en sinónimo de esperanza para la avutarda», recalcó Araujo.

La delegada, que agradeció ayer a los propietarios su labor, también dejó claro que «aunque este es un paso importante aún hay mucho que hacer para implicar a los que no han firmado. Su ayuda es crucial».

ppacheco@lavozdigital.es