Paco Algora busca actores para un grupo de teatro sin ánimo de lucro
El actor visitó ayer la UCA y arremetió contra «los bufones convertidos en cortesanos», la censura y la mutilación intencionada de los libretos
Actualizado:Unos pocos -cuatro- alumnos de la Universidad de Cádiz tuvieron la suerte ayer de escuchar el verbo decidido y casi revolucionaro del actor Paco Algora. El peso de las salidas profesionales provechosas o el encierro contra el Plan Bolonia debieron pesar más que la charla sobre la vocación descarnada de un cómico que quiere «devolver a la profesión» todo lo que le ha dado.
Apartado de los flashes desde hace 24 años en Vejer, el curtido intérprete se plantea formar con el que se apunte un grupo de teatro «vocacional, sin ánimo de lucro» con el que paliar el desengaño patente que mantiene con la escena desde mediados de los 80. «No ganaremos dinero. Echaremos unas risas, comeremos por ahí y pasaremos la gorra. Devolveremos al pueblo el teatro. Ahora lo ha perdido».
El primer paso será un curso de arte dramático que arrancará en Vejer en enero. Se tratará el cine, el teatro la poesía y la literatura en cuatro clases por semana que comenzarán con lecciones de lectura expresiva, dicción y vocalización. El curso tendrá un precio de 25 euros semanales y las clases las impartirá el propio Algora. El teléfono de contacto es el 620 66 00 71.
El actor, discípulo de William Layton y de Fernando Fernán Gómez, miembro del reparto de más de cien obras en teatro, cine y televisión habló de la vocación como un espacio perdido hoy en día. Recordó cómo los actores eran personajes «marginados y mal vistos que tenían que dormir a una legua del pueblo y a los que no se enterraba en sagrado». Hoy en día, la cosa ha debido cambiar. «Los bufones se han convertido en cortesanos» en un panorama en el que «las subvenciones han vetado» un arte que debe hacerse «desde la libertad, el arte y el compromiso». «Modigliani no hubiera pintado mejor con subvenciones», dijo.
Algora cargó contra los poderes de la escena al narrar su propio desencuentro con ese mundo. Sucedió en 1984 cuando participó en Luces de Bohemia, a cargo del Centro de Arte Dramático, dirigida por Lluis Pasqual. A los cuatro meses de representaciones se dio cuenta de que habían manipulado los textos» y habían eliminado «todas las referencias a la teosofía». «Decían que Valle Inclán era ateo, vale, pero habían eliminado toda referencia Dios», por ejemplo «cuando Max Estrella decía que había que resucitar a Cristo».
El resultado fue «una versión más censurada que la de los años 60». Esta afirmación le costó cara a Paco Algora. «Dijeron de mí que estaba loco, que me había retirado y hasta que había muerto». Desde ese momento, vive en Vejer, desengañado con el mundo de los actores y directores «que no dejan de hablar de libertad de expresión cuando no dejan de censurar, sin que se les caiga la boca».
El actor dio una imagen gráfica de lo que sucede en su opinión en lugares como el «cementerio andaluz de teatro», en rerefencia al Centro Andaluz de teatro. La deformación «intencionada y dirigida desde el poder» de los textos «es como si alguien le pinta bigotes a Las Meninas y no lo dice en la puerta de la exposición». El actor recordó como en tiempos pasados había censores en los palcos mirando el libreto con una linterna y recomendó al público hacer ese papel y repasar los libretos».
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