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«Vivo presa mientras él sigue en la calle»
Isabel Alcaide se pregunta por qué su ex marido no está en prisión tras intentar asesinarla en varias ocasiones
Actualizado: GuardarSimple obsesión o trastorno psicológico. Aún está por decidir en qué cuadro se enmarca el maltratador. El de la víctima resulta más fácil. El acoso y las amenazas le minan la autoestima hasta llegar a un estado de pánico permanente. Así se encuentra Isabel Alcaide, una isleña de 31 años a la que ni las denuncias que ha interpuesto contra su ex marido ni las órdenes de alejamiento decretadas por el juez le permiten llevar una vida normal.
Los malos tratos comenzaron tras doce años de matrimonio. Isabel no se lo vio venir. Como un arrebato, su entonces marido la atacó con la intención de terminar con su vida, razón por la que le impusieron una orden de alejamiento incondicional durante cinco años, y el Juzgado número 5 de Cádiz le condenó a tres años y nueve meses de prisión, además de pagar la suma de 9.000 euros por los daños sufridos. Pero, pasado el tiempo, Isabel, que vive con su hijo de 15 años, sigue viendo pasear a su agresor por delante de su casa.
Todo empezó el 14 de octubre de 2004, cuando la joven sufrió de forma inesperada una agresión brutal por parte de su pareja. Cuenta que la asaltó con un cuchillo que le clavó varias veces en el pecho. «Me rajó el brazo y me destrozó las cervicales», recuerda mientras señala sus cicatrices. Tras poner la denuncia, A. G. V. fue detenido y estuvo en prisión durante tres meses. A partir de aquí la víctima empezó a plantearse si seguir a su lado e inició los trámites de separación.
Isabel temía represalias a la salida de la cárcel, pero la relación fue de nuevo cordial «por el tiempo que estuvimos casados y porque tenemos un hijo en común», cuenta. La víctima asegura que «nunca me había pegado cuando estábamos casados». Pero la situación volvió a repetirse. El tiempo que su ex marido pasó entre rejas agravó su adicción a las drogas y volvió a amenazarla.
«Me llevé a mi hijo a casa de mis padres porque teníamos miedo, pero un día llegó descontrolado y dijo que me iba a pegar un tiro». La familia volvió a revivir la misma historia con la policía de por medio y un nuevo proceso judicial. Los agentes lo detuvieron e Isabel fue trasladada con su hijo a una casa de acogida para mujeres maltratadas en El Puerto de Santa María de forma provisional. Después pasó a una casa de acogida en Málaga, donde estuvo alejada del agresor y pudo recuperarse del último mal trago y albergaba la esperanza de que fuera el último.
A la vuelta a su domicilio, el 25 de diciembre de 2005, volvió a recibir una visita de su ex marido cuando celebraba la Navidad con su familia: «Estaba dando patadas en la puerta y gritando, la Policía vino de nuevo a llevárselo y le cayeron cuatro meses en prisión por saltarse la orden de alejamiento». Tras interponer una nueva denuncia en el Juzgado número 5 de Cádiz, A.G.V. fue acusado por un delito de homicidio en grado de tentativa, con una condena de tres años y nueve meses que fue recurrida, aunque el Tribunal Supremo volvió a dar la razón a Isabel en marzo de 2007. Sin embargo, su ex pareja no está en la cárcel.
La joven asegura que sigue pasando por delante de su casa y manda a personas a llamar y preguntar si está. Además no les ha pagado los 9.000 euros que el juez le impuso en la sentencia, no pasa la manutención de su hijo y sus deudas han dado lugar a una orden de embargo del domicilio de la víctima. «El piso estaba puesto a nombre de los dos y me lo dieron a mí en el reparto de bienes, pero por no hacer frente a sus pagos pendientes, ahora me van a quitar la casa».
La desesperación de Isabel llega al extremo de querer hacer público su caso para obtener ayuda y exige conocer la razón de por qué su ex marido no ha cumplido la sentencia interpuesta. «No lo entiendo, con todos sus antecedentes sigue en libertad y nadie hace nada. Yo soy una esclava de la situación, tuve que irme a una casa de acogida y ver cómo sufría mi hijo», se lamenta. Isabel Alcaide pide que se haga justicia porque «es él quien debería estar encerrado y no yo, que estoy siempre metida en casa por miedo y me siento como una presa».
La familia de Isabel Alcaide también sufre la situación y el miedo de que algo pudiera ocurrirle: «Parece que están esperando a que suceda lo peor, a los que roban les meten 6 y 7 años en la cárcel y a éstos no le hacen nada, ayudan al delincuente y a la víctima le ponen un ramo de flores cuando está bajo tierra». Ésas son las palabras de desesperación de la madre de Isabel, que pide justicia para su hija.
sanfernando@lavozdigital.es