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CRÍTICA DE TV

Hermanos

JOSÉ JAVIER ESPARZA
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ay muchas novedades esta semana: se ha estrenado 'El castigo', se anuncia la llegada de 'El mentalista', se estrena también la nueva temporada de 'Hermanos y detectives' Esta última llegó el domingo, después de 'Aída', en horario de medianoche. Lo primero que llama la atención es ese emplazamiento, tan tardío, en una serie cuyo planteamiento parecía invitar más bien a un horario familiar. Lo segundo que se hace llamativo es el tipo de historia escogido para este retorno: un asesinato en serie de sacerdotes con trasfondo periodístico. Y lo tercero que sorprende es el nuevo "ambiente" dibujado para albergar las tramas secundarias, con la campaña política del jefe de los policías y, de paso, una friki new age. Uno mete todo eso en una caja, lo agita, lo vierte, y lo que sale se parece bastante poco a lo que uno esperaba. 'Hermanos y detectives', recordémoslo, cuenta la historia de un niño prodigio (Rodrigo Noya) que aterriza en casa de su hermano policía. Sin niño, no hay serie. Y el público que en la primera temporada se abonó a este producto de Telecinco -por ejemplo, este servidor- espera ver al niño, no otra cosa. Por eso creo que los guionistas de 'Hermanos y detectives' se equivocarían si intentaran dotar a sus historias de un tono 'negro' demasiado acentuado. Esta serie, por su propio planteamiento, resulta poco compatible con el exceso de sangre y horror. En un contexto como el de 'Hermanos y detectives', donde todo el protagonismo gira en torno a un niño y su portentosa inteligencia, el argumento debería más bien poner en escena historias que combinen un tono "blanco" -o sea, sin sangre ni sexo- con intrigas inteligentes, que pongan de relieve el ingenio del protagonista. ¿Imagina alguien al padre Brown, a Miss Marple o a Jessica Fletcher lanzados, pistola en mano, en pos de un asesino sanguinario? El género tiene sus reglas, y desbordarlas es un ejercicio que, al final defrauda al público y desvirtúa el propio relato. Y si uno quiere llenar la pantalla con curas estrangulados, bañeras sanguinolentas y prostitutas on-line, entonces que busque otro tipo de historias, pero no ésta, porque el resultado es insostenible.