Declaran culpable al médico iraquí que planeó los atentados de Londres
Un médico de la Seguridad Social, Bilal Abdulla, iraquí aunque nacido en el Reino Unido, fue declarado ayer culpable de planear los atentados de Londres y Glasgow de junio del año pasado. La pena definitiva se conocerá hoy. El ingeniero indio Kafeel Ahmed se enfrentaría también como su amigo a cadena perpetua de no haber muerto como consecuencia de las llamas que provocaron al empotrar el todo terreno en el que viajaban contra la terminal del aeropuerto de la ciudad escocesa.
Actualizado:Estos jóvenes de 29 años se conocieron siendo estudiantes en Cambridge. Tenían en común no sólo la religión musulmana, el haber estudiado una carrera y el pertenecer a familias de clase media, sino un sentimiento de rabia interior por el trato que reciben los musulmanes en distintas partes del mundo. Bilal Abdula, que estudió medicina en Irak, vio cómo la población de su país sufría primero por las sanciones de la comunidad internacional y después por la invasión liderada por Estados Unidos y el Reino Unido.
Éste comentó durante el juicio que fue testigo de cómo «las infecciones post operatorias se incrementaron hasta un cien por cien porque algunas medicinas estaban prohibidas bajo el régimen de sanciones contra Sadam Hussein». Pero fue tras el derribo del dictador iraquí cuando sus ideas políticas contra el Gobierno británico cambiaron radicalmente: «Sin Blair, Bush no habría podido invadir Irak», dijo.
Estos jóvenes prepararon dos coches-bomba que aparcaron en el centro de la capital británica pasada la media noche del 29 de junio de 2007 y que, de llegar a estallar, podrían haber matado a decenas de personas. Cargaron el maletero con bombonas de gas, cientos de clavos y contenedores de gasolina. Los teléfonos móviles que iban a servir como detonadores llevaron a la Policía hasta la dirección de Escocia que usaron como taller.
Un fallo
Al fracasar en su intento de provocar una masacre en Londres, y con la Policía pisándoles los talones, cargaron otro automóvil de material explosivo y se dispusieron a inmolarse, pero el vehículo no llegó a estallar en el aeropuerto de Glasgow, sólo prendió fuego. El conductor, Bilal Abdula, fue detenido y el copiloto, Kafeel Ahmed, falleció un mes después por las quemaduras que sufrió en gran parte de su cuerpo.
Ninguno se encontraba en la ficha de la Policía ni levantaron sospecha entre sus vecinos, a quienes habían causado buena impresión por sus modales y su buena vestimenta. Ambos terroristas formaban una célula autónoma, independiente de Al- Qaida aunque inspirada en ella, y se habían entrenado en la preparación de explosivos a través de Internet.