Los jugadores del Valencia lograron el empate gracias a Zigic./ Reuters
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El Valencia pasa como segundo tras empatar en Saint Etienne

Con varios suplentes porque el sábado les espera el Madrid, los 'chés' no pueden con los elementos y un rival contragolpeador

MADRID Actualizado: Guardar
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El Valencia no pudo en Saint Etienne con un rival abnegado, notable en el contraataque, y unas condiciones climatológicas muy adversas. Debió perder, empató porque tiene más pegada, y tuvo que conformarse con acceder a octavos de final de la Copa de la UEFA como segundo de grupo, lo que le obliga a medir sus fuerzas a un relegado de la 'Champions'.

Noche de perros en el departamento del Loira, región de Ródano-Alpes. Frío, nieve y un campo difícil y peligroso, una pista de patinaje en algunas zonas y embarrado en otras. Los de Emeri, con varios suplentes porque el sábado les espera el Bernabéu, nunca se encontraron a gusto aunque siempre estuvieron en el partido. Les faltó fluidez en el centro del campo y, sobre todo, solvencia atrás.

Como tenían que ganar para ser primeros de grupo, los 'chés' adelantaron líneas y se descompusieron atrás. No funcionó el experimento de Maduro como central y, sobre todo en la segunda mitad, los franceses se plantaron varias veces en solitario. Estuvo en esa fase espléndido el cancerbero canterano Guaita, que enmendó así el grave error cometido en el segundo gol encajado, al borde del descanso.

El Saint Etienne, un clásico que en 1976 llegó a disputarle al Bayern de Múnich una final de la Copa de Europa, se dejó el alma en 'La Caldera'. Se le ve enchufado a la UEFA, donde no ha perdido ni un partido. Se adelantó en un contragolpe bien definido por el brasileño Ilan y no se vino abajo cuando igualó el siempre oportuno Morientes, tras un gran pase de Joaquín. Se encontró luego con ese rechace fatal de Guaita y en la segunda mitad jugó a favor de marcador. En cuanto recuperaba, con tres pases llegaba a la cueva valenciana. Pudo golear, perdonó y acabó pidiendo la hora tras el empate de Zigic después de una dejada de Del Horno, quien llegó como en los viejos tiempos.