Lecciones de Guantánamo
Las conclusiones formuladas por el informe del Comité de Servicios Armados del Senado norteamericano culpando directamente al ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld y otros altos funcionarios por las torturas cometidas en Abu Ghraib, Bagram, Guantánamo y otras prisiones militares y de la CIA, constituyen un primer paso en la revisión crítica de Washington de los errores cometidos en la guerra contra el terrorismo. La aceptación oficial de que el abuso de los detenidos no fue el resultado de la iniciativa de unos pocos soldados actuando por su cuenta emerge cuando la prisión militar de Guantánamo por la que pasaron setecientos detenidos, ha iniciado un proceso de desmantelamiento y adecuación de sus instalaciones a las exigencias mínimas de los derechos de los detenidos.
Actualizado: GuardarLa ola de críticas desde multitud de instancias internaciones y el compromiso electoral de Barack Obama con su cierre y clausura definitiva si era elegido presidente no han sido ajenos a esta urgente operación estética. Pero el cierre del siniestro presidio donde se experimentaron las «técnicas agresivas de interrogatorio» como el ahogamiento simulado o el uso intimidatorio de perros, autorizadas por el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y, en consecuencia por el propio George Bush, no clausura las consecuencias políticas y judiciales que pudieran derivarse de aquellos hechos. La investigación del Senado abre la puerta a la formación de una comisión de investigación similar a la que analizó la reacción de la administración Bush tras los ataques terroristas del 11-S. Y, no tanto con el objetivo de depurar las responsabilidades políticas que en última instancia sufrieron ya el castigo del pueblo norteamericano en las urnas castigando su deplorable gestión. Mas bien para canalizar la inevitable revisión crítica y la profunda reflexión sobre los errores cometidos en la guerra contra el terrorismo que el propio Obama y su equipo deben afrontar pese a que tampoco estén excesivamente interesados en mirar hacia atrás. Es preciso para reparar la deteriorada imagen de Estados Unidos en el mundo pero sobre todo el daño provocado a la democracia por quienes creyeron que en nombre de la seguridad y de la libertad se podían vulnerar los derechos humanos y las propias convenciones internacionales.