«A mí siempre me ha gustado la política, pero me reprimía»
El histórico líder agrario pone fin su etapa en COAG, de la que se siente «orgulloso», y no oculta «lo defraudado que me marcho del Marco de Jerez»
Actualizado: GuardarHa sido durante 16 años el rostro y la voz de la organización agraria COAG en la provincia. Pero la pasada semana puso fin a esa etapa y, aunque como agricultor seguirá ligado al campo, sus próximos pasos parecen acercarle al mundo de la política. Es militante socialista, faceta que no quiso airear demasiado durante su anterior etapa profesional pero tampoco se le escapó a nadie, y ya es un secreto a voces que su futuro puede estar ligado a algún puesto en la Junta de Andalucía.
-¿Cómo se ha levantado estos días Salvador Pineda después de dejar el liderazgo de COAG?
-Diferente a como me he levantado los últimos 20 años. Sin tener ningún cargo y pensando en mí, que quizás era lo que me faltaba y de lo que me acusaban los míos.
-Cuándo fue reelegido ya dijo que era su última legislatura. Sin embargo, deja el cargo cuando faltan aún tres años de mandato.
-Ya había dicho claro que era la última, y no oculté que no descartaba que todo terminara antes de acabar la legislatura, cuando las circunstancias se dieran idóneas. Yo quería poner fin a mi etapa en el momento justo, no quería dejar la organización entrampada. COAG Cádiz lleva un año funcionando estupendamente, los problemas económicos los hemos solucionado y he visto que era el momento idóneo para irme sabiendo que se quedan las mimbres para que todo funcione bien.
-Deja la militancia activa. ¿Se levantará ahora menos preocupado por el campo?
-Claro que no. Soy ante todo agricultor y llevo 30 años con esta profesión. Y por eso seguiré preocupándome por él. Además, seguiré participando en la organización desde la base.
-En sus casi dos décadas al frente de COAG, ¿en qué diría que su organización ha marcado la diferencia con respecto a otras?
-En que no nos debemos a nadie, sólo a los agricultores. Yo digo mucho que COAG nació de la tierra, hay otras que nacieron en un despacho, en reuniones de amigos. Nosotros nacimos ante la necesidad de las explotaciones familiares de defenderse y de dignificar la vida. Es algo que se lleva dentro, por eso es diferente.
-En muchos temas han ido a la contra, o al menos no de la mano del consenso general. ¿Defendían otros intereses?
-Era una línea correcta, sin dejarnos influir por nadie ni política ni económicamente, intentando ver lo mejor para aquellos que viven del campo, en el campo y por el campo.
-Pero a nadie se le escapa que en muchas ocasiones COAG ha sido la mosca molesta
-Sí, pero nos sentimos orgullosos de haber sido fieles a nuestro pensamiento. Y no hay duda de que en ocasiones para ser uno fiel a sus principios tiene que ser molesto para algunos. Sí, hemos sido molestos. Pero si con ellos hemos conseguido que se piense en la gente del campo, nos sentimos tremendamente orgullosos.
-¿Cómo ha creciendo la organización durante su mandato?
-Mucho. Cuando un grupo de gente decidimos montar algo parecido a lo que es hoy COAG éramos muy pocos y no teníamos nada. Pero hoy tenemos un patrimonio y más de 30 personas trabajando en la provincia. Uno nuestros objetivos era contar con ese equipo. Porque la gente con dinero podía pagar un perito o un abogado, pero los que teníamos poco sólo podíamos tenerlo juntándonos y pagando unas cuotas.
-Sus 16 años de liderazgo deben haber dado para mucho. Pero, ¿qué espinitas se le han quedado sin resolver?
-Muchas, muchísimas. Por ejemplo el tema de los riegos. Estamos a las puertas del cambio, pero había que haber logrado en todos estos años que las comunidades de regantes sean auténticas corporaciones democráticas al servicio de los agricultores. Porque siendo el agua un bien público no es lógico que unos tengan siete votos y otro medio: eso es anticonstitucional. Y hemos peleado, y seguimos peleando por ello.
-¿Y en el Marco de Jerez, en el que su organización ha protagonizado no pocas polémicas?
-Es de uno de los sitios de los que me marcho más defraudado personalmente. Cuando la COAG entró en el Marco lo hizo con ilusión, creyendo que tenía solución y que nosotros podíamos contribuir a ella. Pero he visto que es tremendamente complicado y con gente muy complicada. Me voy con este sinsabor. Lo que yo creo es que el Marco debía adaptarse a la realidad, y si lo hiciera y todos fuéramos hombro con hombro el fino no estaría como está, que da vergüenza, y la situación no estaría hoy con los viticultores aún sin cobrar y otros pensando en rebajar el precio. Debíamos haber ido todos juntos para ganar dinero. Pero aquí algunos piensan ganar dinero rebajando el precio de la uva a los viñistas.
-¿Y de qué se siente más satisfecho? ¿En qué temas han plantado cara y les salió bien la jugada?
-Hay logros impresionantes como haber creado grandes cooperativas, o cuando la famosa guerra del algodón logramos que el cultivo se quedara en manos de los de siempre y no fueran expoliados de su derecho los que siempre habían vivido de él.
-¿Cómo el acuerdo sobre los carburantes?
-Efectivamente, y hoy ya está surtiendo efecto. Estamos viendo que este año, mientras que antes no nos devolvían el Impuesto Especial de Hidrocarburos, ahora sí lo van a devolver. También ha sido una victoria la reforma de la Seguridad Social, o la cotitularidad compartida de las explotaciones.
-Ya como un simple agricultor más, ¿cómo ve el futuro agrario de Cádiz?
-Soy muy crítico con la actual Política Agraria Común (PAC). Creo que en tiempos de una crisis mundial tan grave no se puede poner en práctica una política que consista en dar dinero para destruir riqueza y empleo. Es antinatural. Y yo esperaba que eso cambiara con el chequeo. Pero no, ha cambiado a peor. Y espero y deseo que esta actual PAC termine lo antes posible y de paso a una política agraria solidaria, generadora de riqueza, que mire a las personas que vivimos en el campo y a los que tienen que comer y deje de ser sólo propicia para los especuladores, los listos de turno.
-Como ciudadano de pie, y ya con menos represión para posicionarse, ¿qué le parece la situación económica de Jerez y el resto del país?
-Está mal. Pero no sólo aquí. Cuando vemos lo que está pasando en Grecia, las revueltas, es algo insoportable. ¿Cómo no lo estarán pasando en países muchos más pobres? Hay que salir de esto con medidas valientes y diciendo se acabó a cosas como una política agraria que destruye todo. Vamos a quitar los privilegios que le hemos dado a algunos con el libremercado, y vamos a defender el autoconsumo. Es increíble que un agricultor pase hambre en Argentina. Eso antes no ha pasado nunca porque el agricultor tenía para comer. Pero ahora con estas políticas Lo primero es que estén cubiertas las necesidades básicas, y luego ya que se gane dinero.
-A nivel local, ¿hay motivos para tener esperanza? Porque las cifras del paro ya son mareantes, y la llegada de nuevas empresas es con cuentagotas
-Todo está muy mal. Y eso que hace unos dos años se creó una situación ilusionante en Jerez. Pero los acontecimientos mundiales nos han llevado a dónde estamos. Es triste y duro que en Jerez estemos con casi 25.000 parados. Aquí los organismos públicos tendrán que dar el callo al máximo, pero también la iniciativa privada se tiene comprometer. Yo siempre he sido crítico con la clase empresarial de Jerez, que no ha sido todo lo comprometida que debía con la ciudad. Es triste que aquí haya la riqueza que hay y sin embargo no se le dé el toque justo para que genere empleo y sacarle partido. A mí ya me dijeron una vez que «esto es un club privado en el que sacamos partido los que le sacamos». Pero a la hora de pedir dinero sí que vamos diciendo que representamos a la ciudad. Pues ésos a los que tanto se les llena la boca diciendo que son de Jerez, que sean valientes e inviertan y no esperen a que todo esté hecho para sacar tajada.
- ¿Qué piensa de la clase política de Jerez?
-Bueno, sí que hay magníficas mujeres políticas (se ríe y bromea, su mujer es la concejal María del Carmen Martínez). Aquí no se han hecho demasiado mal las cosas. Ni se están haciendo mal ahora con el PSOE, ni se hicieron mal antes. Eso sí, la situación actual de crisis no tiene nada que ver con lo que había hace cinco o seis años, cuando existían muchas más opciones. Yo confío en la clase política y creo que todos deberíamos hacer lo mismo.
-¿Le tienta la política a Salvador Pineda? Ya sabe lo que aseguran casi todas las voces estos días.
-A mí siempre me ha encantado la política. Y me da rabia cuando alguien utiliza la palabra política para definir algo corrupto o malo. Es lo más bonito del mundo, lo que no es bonito son esos políticos que la prostituyen.
-¿Entonces no sería descartable? Después de todo siempre ha estado en la esfera pública
-En estos momentos todo es diferente. He estado 20 años debiéndome a mi organización e intentando por todos los medios la poca política que he hecho hacerla de forma inteligente para no dañar a nadie. Pero a partir de ahora soy completamente libre para expresar mis ideas y mis pensamientos, no hay nada que me reprima. A partir de ahora a los únicos que les tengo que rendir cuentas son mis hijos y mi mujer. Y si ellos me permiten que me meta en política y diga lo que me da la gana, nadie me va a impedir que haga política Ya sea activa o pasiva.
-Y ya que se está liberando, como reconocido militante socialista y vecino de La Barca de la Florida, ¿qué le parece lo que ocurre con el actual alcalde, Roque Valenzuela?
-En La Barca hay una situación lamentable de alguien que no sabe interpretar lo que la gente quiere y lo que la gente hace, y en la pedanía lo que hay que poner es cordura, trabajo, seriedad y participación. Poner la oreja, escuchar, y dejarnos de protagonismos personales, peleas y dimes y diretes. La Barca es un pueblo activo, culto, que iba por delante de otros. Y quiero que siga siendo eso, por eso vamos a trabajar porque lo siga siendo. Y nadie ni nada puede coartar que La Barca sea así.
-¿Se llegará de nuevo a la cordura por todas las partes? ¿Habrá segregación?
-Creo que somos todos suficientemente inteligentes para recuperar la cordura y para trabajar y convivir con el objetivo de que La Barca siga siendo lo que era, un pueblo. Por eso habrá que lograr la forma de autogobierno que mejor nos sirva, y la más avanzada del mundo, y si eso se logra pues mejor. Pero eso se consigue dialogando y yendo todos de la mano, no insultando, maltratando y llevándose mal con todos. Hay que aunar esfuerzos, aprovechar a los compañeros que hay en otros sitios, influenciando eso es hacer política. Lo otro es hacer guerra de guerrillas, y no está bien porque enfrenta a la gente del pueblo y crea violencia.
-Hablando de guerra de guerrillas, estará acostumbrado a ellas siendo militante del PSOE en Cádiz, un partido lleno de familias, de cabañistas, pilaristas
-Es cierto, y me parece totalmente absurdo. Yo siempre me he sentido socialista, y a partir de ahí hay que pelear por los ideales y dejarnos de familias y de historias. Hay que respetar y apoyar a los compañeros que salen elegidos en los cargos, e intentad hacer las cosas bien. Yo nunca he formado parte de familias ninguna. Bueno, en la COAG sí he sido miguelista (por Miguel López). La política es aunar esfuerzos para lograr el bienestar de la gente, y no salir a pelear por el mejor puesto y cargarnos al compañero.
-Decía que confiaba en la clase política, ¿confía también en la gestión de Pilar Sánchez como alcaldesa?
-Sí, totalmente. Tiene un gran bagaje, aunque no tenga tanto como otros.Y tal vez cometa fallos, pero a Pilar hay que darle confianza para que pueda desarrollar su política. Sólo así veremos los resultados. Pero en un principio hay que dejar que desarrolle sus ideas. Y si se equivoca hay que decírselo, pero no pegarle una colleja o ponerle una zancadilla para que se rompa la boca.
-En sus casi dos décadas como líder de la COAG ha tenido que convivir con otro histórico, el eterno alcalde Pedro Pacheco. ¿Cómo ha sido su relación con él?
-A la COAG Pacheco siempre la ha tratado bien. Tenemos que reconocerle y agradecerle que la primera oficina que tuvimos en la ciudad nos la facilitó él. Después la relación siempre ha sido cordial, siempre estuvo atento a cualquier petición. Desde el prisma de COAG nunca le vamos a negar a Pacheco todo lo que ha sido y lo que ha hecho, pero tampoco le vamos a dejar de criticar por lo que no ha hecho. Y ahí está todo lo que ha hecho, para que cada uno lo valore.
-¿Qué ha dicho de su marcha Miguel López, jerezano y líder nacional de COAG, después de tantos años trabajando juntos?
-Miguel es un personaje y un sindicalista como pocos ha habido y va a haber en este país. Trabajar a su lado es muy gratificante. Pero a veces también muy difícil por el carácter especial que tienen estos personajes. Pero mi relación con Miguel siempre ha sido de amistad y de agradecimiento. Él fue el primero que me ofreció que me dedicara a esto. Hay una relación que a veces ha sido tensa, pero de una lealtad total. Puedo decir que he tenido la suerte de que como amigo, como persona, como sindicalista, he participado junto a él de lo mejor y de lo peor.
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