Manolito Mesa cofrade «¿El secreto? Querer a la gente como yo y darles abrazos y besos»
El homenaje que ha recibido esta misma semana en la sede del Consejo Local de Hermandades y Cofradías ha tenido fragancias evangélicas: "El Reino de Dios es de los sencillos"
Actualizado:Cuando alguien me ha insistido esta semana acerca de la imposibilidad de hacerle esta entrevista no he podido sino decirle que, quizá, jamás se detuvo a escucharlo. Manolo Mesa, Manolito el del Huerto como siempre se le ha llamado, tiene una conocida traba para comunicarse pero también atesora esa sabiduría callejera que, unida al cariño que da y recibe permanentemente, lo brindan como un ser verdaderamente entrañable.
-¿Cómo estás, Manolo?
-Bien -descifro a través de uno de sus elocuentes gestos-.
-¿Qué te parece este homenaje que has recibido de todos los cofrades?
-Con mucho ambiente, mucha gente -señala con sus manos y una sonrisa llena de felicidad-.
-Me han dicho que sobre todo te gustaron las croquetas del catering.
-Jajaja. Sí, sí, sí.
-Estaba sorprendido de que hubiera ido la alcaldesa -añade, junto a él, su prima Lourdes Román-.
-¿Te gusta el cuadro que te entregó el presidente Natera?
-Sííí -afirma rotundo gesticulando sobre el lugar en el que ha pensado colgarlo-.
-¿Dónde lo vas a poner?
-En el salón, que se vea lo primero al entrar -se le entiende-.
-¿Cuántos años llevas vistiendo la túnica de la Oración en el Huerto?
-Ufff.
-Deben ser más de treinta -le ayuda Lourdes recordando sus 53 años de edad actuales-.
-¿Y por qué lo haces?
-(Se le ilumina la cara y hace un nuevo gesto) Porque lo hago desde chiquitito. Me da mucha alegría vestirme -añade-.
-Por eso siempre el primero en sacar la papeleta de sitio, ¿no?
-Claro -enfatiza recordando el regalo de su Hermandad en el homenaje-.
-Con esa papeleta número 1 vitalicia ya no tendrás que hacer cola.
-Me cuenta el tesorero -aclara su primo, José Antonio Román- que un año, pese a que llevaba una hora a la puerta de la casa de hermandad éste le dijo que la número 1 ya la había sacado para sí mismo. Se fue enfadado y hubo que ir a buscarle para decirle que era una broma.
-Además de la tuya, ¿qué otras cofradías te gustan?
-El Perdón, el Consuelo... -dice imitando las poses con extraordinaria perfección-.
-Pero, Manolo, no me des coba. Olvídate de las mías.
-Borriquita, Amor... -con esta última la sonrisa crece-.
-Es que se lo pasa muy bien los viernes en sus convivencias -explica la prima con inevitables referencias a los beneficios gastronómicos de estas visitas-.
-¿Alguna más?
-La Sentencia y la Clemencia.
-En las dos hizo la primera levantá hace un par de años -añade Lourdes-.
-¿Tú crees que algún día nos quedaremos sin procesiones?
-Nooo. Nunca -dice agitando su cabeza no sin cierto enfado-.
-Disfruta desde que faltan 30 o 40 días para que llegue el Jueves Santo. Y no para cuando se le coloca la túnica -dice José Antonio-.
-Si el Martes Santo no le tenemos la túnica planchada... -advierte Lourdes-.
-¿Y si después llueve y no podéis salir?
-Si llueve lloro.
-¿Y ahora qué? ¿Qué te haría más ilusión?
-Me hace ilusión salir en la cabalgata de Reyes.
-Pues en el homenaje los tenías a tu lado. ¿Se lo pediste a Antonio Sánchez Mejías o a Ana María Salas?
-A Ana María.
-Entonces no habrá problemas. ¿Alguna ilusión más?
-Sí. Dar el saque de honor con Chapín lleno -termino entendiendo no sin dificultad-.
-Eso también ocurrirá. Ya verás.
-Le he pedido a Melchor el chándal del Xerez.
-Se lo dijo, tras el homenaje, a Antonio Sánchez -dice Lourdes-.
-¿Y a la alcaldesa no le pediste nada?
-Pilar me dijo -se adelanta la prima- que quiere hacerle algo. Mencionó la posibilidad de dedicarle una calle.
-¿Eres consciente de cuánto te quiere la gente?
-Sííí. Yo también quiero a todos.
-No duerme desde que le dijeron lo del homenaje -dice Lourdes-.
-Dime el secreto. ¿Qué tendría yo que hacer para merecer un homenaje como el tuyo?
-Querer a la gente como yo y darles abrazos y besos.
-Lo intentaré. Gracias, Manolo. Sé siempre así. No cambies.