Una avenida cargada de vida
José Cádiz Salvatierra tiene su calle en Jerez desde que en el año 1969 lo acordara el Cabildo Municipal
Actualizado:José Cádiz Salvatierra tiene su calle en Jerez. Justo a un lateral del Instituto Coloma. Avenida o calle que cruza la zona hasta llegar a la rotonda situada en la entrada de la calle Córdoba. Larga y ancha como la cultura de este insigne onubense afincado en Jerez. Cádiz Salvatierra fue catedrático de Geografía e Historia y profesor del Coloma desde el año 1942 hasta su fallecimiento en 1967. Dirigió dicho centro docente durante años, y además fue fundador de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras, institución que dirigiría durante catorce años.
Fue un gran impulsor de la cultura en nuestra ciudad. Su recuerdo quedó para siempre inmortalizado en Jerez cuando dos años después de su fallecimiento, y sufragado por cuestación popular -dicen que se llegaron a subastar hasta algunas de las pipas de tabaco que siempre le acompañaban- se erigía el un monumento en su honor en el patio del Instituto que dirigió y del que fue profesor. En este mismo año 1969, fue rotulada la calle por acuerdo del Cabildo Municipal. Se podría decir que esta gran travesía recuerda al viejo profesor para siempre. Hoy en día, la bonita avenida es una travesía donde los coches están aparcados en batería perfectamente alineados. En la calle no podemos negar que exista vida. Sus aceras están siempre pobladas de vecinos, y el parque de La Constancia que abre paso hasta llegar a la castiza barriada del mismo nombre siempre tiene vecinos. Durante la tarde chiquillos con sus madres, por la noche algunos chicos que toman cerveza y gritan de vez en cuando desde la oscuridad.
Vamos a la Mezquita. Sabemos que si alguien debe de ocupar el decanato de la avenida ese tiene ser Antonio Delgado. Lleva toda la vida en la zona. Su padre ya sabía, todavía sabe un rato de hostelería. No el vano estuvo siempre tras el mostrador del famoso bar Córdoba. Un clásico a dos metros.
Buen comer
Don Manuel Delgado ha sabido incubarles el virus del trabajo diario tras el mostrador a sus hijos, y desde hace veintitrés años están sirviendo estupendas tapas en La Mezquita. «Lo del nombre estaba claro. Esto eran las Torres de Córdoba. Y de Córdoba ya se sabe: La Mezquita», nos ilustra Antonio Delgado. Razón lleva. Nuestro protagonista entró en su bar con tan sólo dieciocho años. Lleva prácticamente toda la vida velando por el bar. «Comenzamos siendo una hamburguesería. Pero había que cambiar. Y así fue como nos convertimos en bar de platos combinados, desayunos y tapas caseras en general», comenta. Los platos de La Mezquita tienen un complemento de patatas fritas. En sus combinados no existe el déficit. Así que el súperavit es lo que reina en el ya tradicional bar de la zona. «Estamos, creo, que en la cúspide de la comida ligera. Trabajamos los mejores productos, todo fresco. Y eso se nota a la hora de hacerte aunque sea un filete con patatas», indica Antonio. La Mezquita es una opción para comer bueno, bonito y barato. Merece la pena su visita por la amabilidad de los profesionales que lo trabajan día a día.
Negocios de copas
Hay algunos negocios de copas en los bajos de los edificios Cádiz y Málaga, frente el parque donde los niños juegan. Paola Tobar está con la decoración navideña. Unos grandes globos plateados se están situando en las esquinas de la barra, casi flotando en los techos. «Espera un momento y os atiendo», comenta desde las alturas. Estamos en D´Cuattro, un lugar donde los que tengan ínfulas de cantante pueden probar fortuna. Dicen algunos que desde la negritud de sus rincones, cuando la noche ya huele a ginebra áspera y a humo de cigarrillos, suele haber algunos representantes musicales a la búsqueda de algún brillante sin pulir. Tampoco hemos podido confirmar esta circunstancia.
Sí podemos afirmar que en el bar está uno de los karaokes más variados de Jerez. «Estamos en un lugar preparado para el ocio. Aunque estamos enfocados en el karaoke. Así que aquí vienen clientes de todo tipo. Quizá todos unidos por la afición a la música», comenta Paola. Liliana Rodríguez es la propietaria del local, y las últimas novedades son una zambomba flamenca y una fiesta para la Nochevieja. «Estaremos abierto desde la una de la madrugada. Y ya te digo, a cantar para recibir el nuevo año. En buen ambiente y todo con mucha alegría», concluye Paola Tobar.
Los vecinos van llegando poco a poco sus casas. Ha llegado la noche y es hora de regresar. «El tema del aparcamiento está fatal», comenta un vecino. Una chica adelanta que «sería necesario cuidar más y mejor el parque porque está de pena. No hay césped y suele estar bastante sucio», subraya. Las madres que todavía quedan cuando la tarde avanza, aseguran que «podría estar más cuidado. Al fin y al cabo es el lugar donde vienen a jugar muchos niños de la zona. Cuando se caen se suelen hacer mucho daño porque hay muchas piedras».
Para cualquier problema que pueda darse como consecuencia de un accidente está Fraternidad, una de las mutuas líderes a nivel nacional. Jerez tiene su delegación y se encuentra en José Cádiz Salvatierra. Los empleados preparan ya el cierre hasta mañana. Un duro día de trabajo. Las chicas que están en la administración están cerrando los ordenadores. El doctor Enrique Fernández Cosano nos dice que «con la crisis, por no haber no hay ni accidentes». La cosa tiene gracia, o quizá no tiene gracia ninguna. depende de cómo se piense. El caso es que con la crisis el empleo ha ido bajando tanto que también el índice de accidentes de trabajo o enfermedades relacionadas con la profesión ha ido descendiendo alarmantemente. Dejamos las cuitas de la medicina en el trabajo. Como debe ser.
El Manila está cerrado. Ya se sabe: arroz tres delicias y rollitos de primavera. Telepizza, más de lo mismo. Chapado. Debe de ser el día de cierre.
Salvatierra se va durmiendo, y la calle se queda con los coches de los vecinos colocados perfectamente en batería. Hasta la mañana siguiente.